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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

162 FERNANDO CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL recorrer grandes distancias y, por tanto, excelentes jinetes, la movilidad y el conocimiento exacto de un terreno difícil eran el principal fuerte de aquellos por momentos despiadados combatientes; fuerte al que añadían una muy buena puntería ejercitada en la caza y mejorada con la llegada del fusil máuser alemán, muy superior a los Lee-Metford y Lee-Enfield ingleses. Con una alta moral, ahora en su máximo esplendor por las tres victorias sucesivas que acababan de conseguir a primeros de diciembre de 1899 —Stormberg, Magersfontein y Colenso—, y un indómito carácter que los dotaba de gran iniciativa, estas tropas irregulares iban a ser un serio enemigo para unas formaciones regulares mentalmente ancladas en el pasado. En cualquier caso, muy dolido por esas tres derrotas consecutivas en lo que la opinión pública dio en llamar «Semana Negra», la Armada movilizó deprisa y corriendo desde distintos rincones del imperio un considerable contingente de más de 47.000 hombres para sofocar la rebelión, como hemos señalado, uno de los 33 batallones de infantería movilizados fue el de J. F. C. Fuller. Tras un viaje extenuante de tres semanas en barco, el joven teniente desembarcó con sus hombres en Ciudad del Cabo el 14 de enero de 1900, solo para tomar un tren que 68 horas después los vería apearse en una estación polvorienta del interior del país, desde donde habrían de recorrer a pie los últimos cien kilómetros hasta su destino final. Tanto en el desembarco como en los desplazamientos y en el ulterior despliegue, Fuller fue constatando con disgusto la falta de preparación de su Ejército para una guerra como la que, intuía, iba a ser claramente de movimientos e irregular: No llevo mucho tiempo en el ejército, aunque sí lo suficiente para ver que 9 de cada 10 oficiales saben tanto de asuntos militares como de ir a la luna y, lo que es peor, no intentan o quieren saber más… La guerra, como toda actividad hoy día, es una ciencia… Que ganaremos esta lucha es muy probable, pero al menos que las tácticas de nuestros jefes cambien será solo gracias a la mera superioridad numérica carente de otros méritos5. Mal empezó la aventura para nuestro protagonista cuando una apendicitis mal tratada a punto estuvo de costarle la vida. Repatriado a Inglaterra para su convalecencia, cuando se reincorporó al servicio activo en Sudáfrica cinco meses más tarde, la guerra había entrado ya francamente en una fase de operaciones antiguerrilla que recordaba a nuestra entonces reciente guerra de Cuba. El Ejército inglés optó por desplegarse a lo largo y ancho del 5  Citado por Anthony John TRYTHALL, uno de los pocos biógrafos del tratadista militar, en su «Boney» Fuller. The Intellectual General, 1878-1966. Cassell, Londres, 1977. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 157-236. ISSN: 0482-5748


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