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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

170 FERNANDO CALVO GONZÁLEZ-REGUERAL nar instintivamente de las manifestaciones de júbilo que, desde Inglaterra a Alemania, desde Francia a Austria, irresponsablemente mostraban por doquier políticos, militares, civiles, poetas y, en general, todos los pueblos y habitantes de una Europa en la cúspide de su máxima expansión territorial, demográfica e industrial, ignorantes de la capacidad de devastación con que las novedades armamentísticas iban a transformar para siempre los campos de batalla. Envuelto en tareas logísticas —organizaba los convoyes ferroviarios de tropas con destino a sus puertos de embarque rumbo a Francia (¡al espeluznante ritmo en los momentos punta de un tren cada cuatro minutos!)—, nuestro protagonista no se incorporaría a primera línea hasta mediados de 1915, lo que para su biógrafo Trythall le salvó la vida, habida cuenta del elevado ratio de bajas entre los oficiales británicos observado durante los primeros meses de la contienda. Cuando al fin lo hizo fue para incorporarse a la sección de operaciones del estado mayor del VII Cuerpo de Ejército, topándose de bruces con la realidad más aberrante que un enamorado del arte militar y de la maniobra podía imaginar: un frente estático de cientos de kilómetros de trincheras cavadas desde el mar del Norte hasta Suiza imposible de romper con los medios —y las mentalidades— de los ejércitos enfrentados. Los cañones de campaña de tiro rápido y la ametralladora se habían convertido en las armas dominantes sin dar tiempo a la táctica a renovarse para estar a la altura de tantos adelantos bélicos introducidos o por introducir en 1914-1918 (tesis que sostendrá el autor posteriormente en su obra Armament and History como explicación al estancamiento de las trincheras). De momento, canalizó su odio hacia el enemigo, abandonando la costumbre de firmar las cartas a su madre con su viejo seudónimo de la infancia: «Fritz», todo un detalle en absoluto irrelevante… Ascendido a comandante en 1916, presenció en el sector de la 37.ª División encuadrada en su cuerpo el inicio de la ofensiva del Somme en el terrible 1.º de julio de aquel año, día más sangriento de la historia militar británica (en el otro extremo del despliegue, tan solo unos kilómetros más al sur, un joven teniente de complemento de nombre Liddell Hart se perdía entre la niebla y fue gaseado unos días después. Los dos visionarios de la posguerra estaban forjando su odio visceral a la Gran Guerra en el mismo molde). Fue poco después cuando el capitán Uzielli reclamaría a Fuller para la plana mayor de una enigmática Heavy Branch of the Machine Gun Corps —embrión del Tank Corps13— sita en el delicioso châtteau de Bermicourt, 13  La cronología del cuerpo es como sigue: noviembre de 1916, creación de la Heavy Branch of the Machine Gun Corps; julio 1917, la Heavy Branch pasa a llamarse The Tank Corps (que se hace Royal en 1923); abril de 1939, el cuerpo pasa a llamarse Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 157-236. ISSN: 0482-5748


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