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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

36 NICOLÁS AGRAIT CORDERO las fuerzas, se decidió cuáles eran las mejores rutas y se lanzó la marcha de las huestes. Esta ciudad volvió a cumplir un papel importante dos años después cuando Alfonso XI se reunió con el concejo sevillano y con los maestres de las órdenes militares camino a Algeciras76. Pero el lugar de encuentro más importante entre lo estratégico y lo táctico, ocurrió en los concejos de guerra, en donde se compartían las últimas noticias e información, se debatía sobre ello y se alteraban o descartaban, a veces a última hora, los planes ya diseñados. El valor que se le daba a la inteligencia es evidente en que estos concejos de guerra incluían a todo oficial militar importante, a pesar de las diferencias en rango social. Las conquistas de Tarifa en 1292 y Gibraltar en 1309 fueron el producto de cambios en el propósito original (la captura de Algeciras), que se implementaron debido a nuevas informaciones recibidas en el curso de ambas campañas. Las decisiones de Alfonso XI en la batalla de Salado de juntar toda su caballería en un contingente en vez de aparejarse ante los distintos ejércitos de Abū l-ḥasan para no disminuir sus fuerzas y de cruzar las líneas enemigas y adentrarse en Tarifa para luego marchar desde la ciudad y abrir un segundo frente detrás de los marroquíes se tomaron en un concejo de guerra, cuando ya se veía la innegable superioridad numérica de los benimerines y ya se tenía el conocimiento inmediato del campo de batalla y sus alrededores77. De manera similar, el monarca castellano decidió en contra del sitio de Algeciras, a pesar de que había recibido noticias de que esta se hallaba debilitada, debido al precario estado del abastecimiento de sus ejércitos78. De igual manera, Alfonso se reunió en concejo durante la campaña algecireña periódicamente y ciertamente antes de tomar decisiones de importancia estratégica o táctica, desde la de conducir celadas en contra de la ciudad o el limitarlas luego cuando el cerco terrestre se cerró de forma definitiva; pasando por la de construir y utilizar artillería neurobalística, la de construir la barrera naval final, la de aceptar la batalla campal en el río Palmones que resultó en la derrota del último intento granadino de romper el asedio, hasta la de considerar las varias ofertas de paz, rechazándolas todas hasta la última, mediante la cual los musulmanes le entregaron la ciudad79. En fin, todas estas ocasiones nos permiten observar, a pesar de las limitaciones inherentes de las fuentes y el uso de vocablos modernos, no la carencia sino la presencia constante de pensamiento y análisis estratégico y táctico, 76  Ibídem, vol. I, pp. 322-23, 339. 77  CATALÁN, Diego: op. cit., vol. II, pp. 409, 415-16. 78  Ibídem, vol. II, p. 436. 79  TORREMOCHA SILVA, Antonio: Crónica de Alfonso onceno: op. cit., vol. I, pp. 129, 343-44, 353-54, 362, 381-89. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 11-40. ISSN: 0482-5748


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