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REVISTA DE HISTORIA MILITAR 114

356 SALVATORE LEONARDI mendado en Sicilia, «tiene mucha notiçia de las cosas de leuante y sabe bien la lengua turquesca por hauerse criado alla». Esto, también con la esperanza de que Figueroa pudiese examinar la carta para el rey, «por leer bien segun dize lo turquesco, siempre que no sea mezclado con arauigo o persa como lo suelen hazer». Si tuviese que mandar hacer diligencias en Sicilia para algo, el rey lo podría encomendar a Figueroa234. Con esta ocasión, Medinaceli envió al rey la instancia de que le hiciera la merced de escribir una carta a Bayazet para pedir la liberación de su hijo don Gastón, cautivado en los Gelves: el chauz le había asegurado que su amo le podría ayudar235. El chauz salió con sus acompañantes el 10 de junio, con las galeras del duque de Florencia236; el 15 de julio se hallaba en Génova, donde fue aposentado en la casa del embajador Gómez Suárez de Figueroa, que le hizo buena acogida, así como el príncipe Andrea Doria, al que fue a visitar. Obtuvo también ser recibido por la Señoría de Génova, a la que entregó una carta de Bayazet en su recomendación237; cuando el dux y los gobernadores le pidieron que la leyera —porque no había nadie que la entendiese— respondió que no sabía leer y que en concreto su amo les rogaba que le prestasen toda la ayuda necesaria para su viaje hacia la corte del rey: le aseguraron que harían de buena gana todo lo que necesitara. El chauz no se quedó satisfecho, porque en la audiencia no le habían preguntado ninguna noticia particular sobre Bayazet, ni dado un asiento correspondiente a su dignidad (como al contrario había ocurrido en Ferrara y en Venecia); finalmente, porque en los días sucesivos no recibió ninguna invitación ni presente alguno. En efecto, la frialdad de los gobernadores tenía su propia motivación, al no estar del todo claro si él era verdaderamente embajador de Bayazet; además, se tenía por cierto que este último había sido capturado por el rey de Persia y enviado como prisionero a su padre238. La comitiva partió de Génova seis días después, con un bergantín, hasta Niza y Barcelona239, y llegó a la corte del rey hacia el 24 de agosto240. También aquí, los interlocutores del chauz no recibieron una buena impresión 234  Así escribe Medinaceli al rey el 8 de junio de 1560 (AGS, E, Leg. 1125, doc. 73). 235  Carta de Medinaceli al rey del 9 de junio de 1560 (AGS, E, Leg. 1125, doc. 72). 236  Carta de Medinaceli al rey del 10 de junio de 1560 (AGS, E, Leg. 1125, doc. 78). 237  AGS, E, Leg. 1389, doc. 29, en VARGAS-HIDALGO, Rafael: Guerra y diplomacia en el Mediterráneo: correspondencia inédita de Felipe II con Andrea Doria y Juan Andrea Doria. Polifemo, Madrid, 2002, pág. 350. 238  AGS, E, Leg. 1389, doc. 38, en VARGAS-HIDALGO, Rafael: op. cit., pp. 368-369. 239  AGS, E, Leg. 1389, doc. 29, cit. 240  Más exactamente: en aquella fecha Figueroa entrega al secretario del rey la carta de Medinaceli del 8 de junio: cfr. AGS, E, Leg. 1125, doc. 73, cit.. Revista de Historia Militar, 114 (2013), pp. 273-384. ISSN: 0482-5748


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