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LA LEGION 530

Cartas << Hoy, a mis setenta y tres años tengo envidia de vosotros, pero una envidia sana de no poder volver los años atrás y formar como antaño, codo con codo, a la espera de poder cumplir las órdenes para servir a España y a La Legión, dónde, cómo y cuándo te necesite, sin condición alguna. No puedo menos que admirar el maravilloso túmulo erigido a nuestros caídos, que sirve para entronizar al Cristo de la Buena Muerte. Donde rendimos honores y memoria a nuestros muertos por España y La Legión. Me agrada ver el avance tan grande que ha tenido el armamento, tanto el individual como el colectivo, lo mismo que los uniformes que empleáis en cada ocasión. El de combate mimetizado, tanto para arena como para bosque, cascos con visores especiales, gafas, chalecos antibalas, rodilleras, guantes, amén de una serie de objetos totalmente necesarios para la supervivencia. Ahí está mi envidia, pero como os digo, envidia sana. Hoy, empezando por un chandal, un buen equipo de deporte, camisetas, pijamas, chubasqueros, trajes de faena, taquilla para la ropa y efectos personales, máquinas de lavar la ropa, bandejas para la comida y un sinfín de cosas más, que se quedan en el tintero. En mi época, un pantalón corto de deporte una camiseta, traje de faena, camisola, pantalón y botas de lona color verde, traje de paseo y chaquetón tres cuartos. ¿Máquina de lavar la ropa? En el arroyo de las bombas, cerca de la frontera. ¿Duchas? Cuando el aljibe estaba lleno y el sol calentaba el agua. ¿Comida? Plato de aluminio y cuchara, este plato servía para todo, comer, afeitarte y alguna otra cosa más. En la actualidad los servicios de cocina están bien equipados, ollas rápidas, cocinas de gas, recogedores de bandejas, termos para mantener la comida caliente… En García Aldave en 1963 en la cocina había dos raíles de unos tres metros de largo en paralelo elevados del suelo unos 50 centímetros y debajo de ellos, gruesos troncos de encina ardiendo. Creo que las condiciones de ahora han variado, sobre todo si pensamos en lo que tenían las de entonces. Y si no, que le pregunten al cabo Niño o al Belloto, rancheros de aquel entonces. Después de todo, a cada uno nos ha tocado vivir épocas diferentes y nos hemos sabido adaptar al momento y a las circunstancias. El progreso avanza sin descanso y nosotros envejecemos a pasos de gigante, algún día cuando lleguéis a mis años os daréis cuenta de ello y os pasará lo mismo que a mí, que añoraréis los años vividos en La Legión, recordando a vuestros camaradas. Para algunos habrán sido los mejores años, para otros por desgracia y circunstancias, los peores. Decía D. Antonio Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Gracias al Todopoderoso yo ya hice mi camino, casi todo, en La Legión donde tuve los mejores amigos y camaradas y aun los recuerdo con todo mi cariño, al igual que a los mandos más cercanos, sargentos De la Rosa; Parreño García; Cotarelo; Cabos primeros Pino; Piosa; Pareja; cabos Juan; Franqueira; Max; Vera; Pantoja y Pereira. Y tantos otros que se olvidan pues con el paso del tiempo y de los años uno va perdiendo de la memoria. Siento que no voy a tener tiempo de inculcar a mi nieto el amor por La Legión, pues aún es demasiado pequeño, aunque ya le gusta ver las revistas que siempre tengo al alcance de su mano y alguna que otra foto mía. Ya veremos, pues el tiempo nos pone a todos en nuestro sitio. Espero que esta misiva os sirva de agradable recordatorio. Corren malos tiempos para nuestros jóvenes, como para todos nosotros, pero más para ellos, muchos aún no han encontrado su norte. No hay trabajo digno, los estudios cada día son más difíciles; el paro está hundiendo a miles de familias que solo disponen de los recursos de sus mayores para subsistir... Aun así, España no está vencida y con grandes sacrifi cios conseguiremos salir adelante como siempre ha sido. Si España y La Legión lo necesitan, como ha ocurrido en otras ocasiones, la juventud acudirá a su llamada y entonces, la Posición A volverá a ser lo que antaño fue, y sobre los picachos de los montes que la rodean, de nuevo se escucharán los cánticos de los nuevos legionarios, que al igual que en épocas anteriores estarán dispuestos a servir a España. Sea donde sea, sin contar los días los meses ni los años. El día 3 de diciembre de 2008 la IV Bandera dejaba el acuartelamiento de “García Aldave” para realojarse en el cuartel de Recarga. Nuevas instalaciones, dependencias mejoradas que en nada se parecen a las que dejaban atrás, más comodidades y están cerca de Ceuta y del acuartelamiento de la VI Bandera en el Serrallo. Este nuevo enclave, me trae buenos recuerdos, aquí en los años sesenta, de la mano del entonces páter del Tercio, D. Ernesto, se construyeron escuelas para los hijos de los legionarios así como algunas viviendas para los que estaban casados. No creo que en todo el Ejército Español, haya habido un cura mejor, más castrense y que mirase más por sus soldados, los legionarios del Tercio 2º. Sentíamos verdadera adoración por aquel hombre, siempre dispuesto a escucharte y darte el mejor de los consejos. Yo mismo lo tuve a mi lado y recibí su ayuda cuando de verdad la necesité. Desde lo más hondo de mi corazón: Gracias páter. Mi mejor recuerdo para cuantos con su trabajo hicieron posible aquellas escuelas y viviendas, que aunque humildes eran acogedoras. Unos trabajaron en ellas, por tener especialidad y pertenecer a la compañía de servicios y otros, las secciones de trabajo, para redimir dad la pena impuesta. Espero no haberos aburrido y si esto ha sido así, os ruego perdón y que comprendáis que son muchos los recuerdos de este viejo “Legía”. Recibid pues, un fuerte abrazo legionario. Desde mi retiro, con el gorrillo en la mano izquierda y el brazo en alto grito: ¡VIVA ESPAÑA ! ¡VIVA LA LEGIÓN ! 530 · I-2015 51


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