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BIP 146

BIP 29 barco es capaz de dar un andar muy provechoso. Hoy ya es viernes y para celebrar la llegada del fin de semana tiene lugar la tradicional regata de balleneras entre dos dotaciones compuestas por alumnos: los guardias marinas de la Escuela Naval Militar se las verán remando contra los futuros cabos 1.º de la ESENGRA. La competición es muy reñida, pero finalmente son los guardias marinas los que por media eslora logran sobrepasar la imagen de la diosa Minerva, en el mascarón de proa del barco, en primera posición. El sábado por la mañana tiene lugar en la cámara de guardias marinas una interesante conferencia sobre primeros auxilios y RCP impartida por el servicio de Sanidad de buque en la que nos muestran, incluso, el funcionamiento de un desfibrilador. Pero, a pesar de las interesantes charlas que están teniendo lugar en la Cámara de guardias marinas, el momento cumbre de la mañana sucede a las 1130 horas en cubierta cuando da comienzo la 1.ª Edición de la «Carrera 24 horas Juan Sebastián de Elcano» en el hemisferio sur, en la que participa gran parte de la dotación y que, por relevos, pasará 24 horas corriendo sin parar intentando superar la marca de la pasada edición celebrada durante el LXXXV Crucero de Instrucción. El resultado final de la carrera es alucinante: ¡se han recorrido un total de 345 km!!! Una marca fantástica que, de ser esta carrera algún tipo de categoría olímpica o similar, sería un auténtico record. La marca rompió todos los registros y expectativas, superando notablemente la meta alcanzada en la edición anterior durante el pasado crucero de instrucción y la satisfacción de todos, fruto del esfuerzo, se respira en el ambiente. Al finalizar la carrera, también se celebran en el alcázar las tradicionales competiciones deportivas a bordo de este buque como son «trepar el cabo» hasta una altura de unos 8 metros y flexiones de barra. La dotación abarrota el alcázar y vitorea, anima y aplaude a los participantes. Acto seguido, se realiza la entrega de premios de las diversas competiciones deportivas. …Y es que así es la vida en la mar, sufrida en ocasiones pero también divertida y animada. Quién no se habrá acordado de su pareja en San Valentín o de su familia en el Santo de su abuelo, su tío o de cualquier otro familiar. Quién no se habrá acordado de su amigo del Real Madrid o del Atleti o de esa cañita en el bar con los amigos un día de semana. A pesar de encontrarnos a miles de millas de distancia de lo que dejamos atrás, hay que vivir el día a día, aprovecharlo, disfrutar de la grandísima oportunidad de navegar en este buque y del inmenso honor de formar parte de esta gran familia». Tras veintiocho singladuras y casi cuatro mil millas navegadas, la mayor parte exclusivamente a vela, el Juan Sebastián de Elcano atracó el jueves 19 de febrero en el céntrico muelle Mauá de Río de Janeiro, procedente de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de la vigésimo octava ocasión en la que el buque escuela recala en la emblemática y populosa ciudad brasileña que, tras Nueva York, es el puerto extranjero más visitado a lo ! ,A-2,32,A2A '2!!3 2!A! ! El Juan Sebastián de Elcano conserva la tradición de arrojar por la borda mensajes con su situación dentro de una botella. Esta costumbre, antaño utilizada para el estudio del comportamiento de vientos y corrientes, se realiza diariamente en aguas abiertas. Los guardias marinas de guardia de derrota preparan a mediodía un mensaje con el nombre del buque, la fecha, la posición y los nombres de los alumnos autores del texto, indicando la forma de contactar en caso de que alguien lo encuentre. Habitualmente se añade una cita literaria o una fotografía de la vida a bordo del buque. Son relativamente frecuentes los hallazgos y nunca dejan de sorprender. En esta ocasión un grupo de cuatro jóvenes, de nacionalidades canadiense, argentina y mejicana, mientras exploraban la costa maya en la península del Yucatán de México, encontraron una botella con mensaje en la orilla de la Playa de Punta Tam, en Mahaual, Estado de Quintana Roo. No dudaron en contactar vía correo electrónico con el buque agradeciendo “el momento mágico” que el hallazgo les había brindado. La botella fue arrojada el año pasado, durante el LXXXV Crucero de Instrucción, mientras el buque navegaba de Cádiz a Santa Cruz de Tenerife, a 60 millas al noroeste de Lanzarote. Los vientos alisios y, sobre todo, la corriente de las islas Canarias al principio, y después la corriente ecuatorial del Atlántico Norte fueron el motor y el timón del pergamino dentro de la botella hasta las costas caribeñas. La botella, encontrada casi un año después de ser arrojada, navegó más de cinco mil millas cruzando por completo Océano Atlántico y Mar Caribe. El Juan Sebastián de Elcano agradece siempre con el envío de un recuerdo la amabilidad de aquellos que, con sus hallazgos y consiguientes contestaciones, ayudan a mantener viva esta bonita costumbre marinera del buque escuela. Río de Janeiro (Brasil): Desembarco de los alumnos aspirantes a cabo primero de la especialidad de maniobra y navegación.


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