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HISTORIA MILITAR DE LA GUERRA CIVIL EN MADRID - FUENTES PRIMARIAS -

Atacan generalmente por debajo a los aviones de reconocimiento y bombardeo y procuran esquivar el combate con nuestros cazas. No se prodigan en el servicio de acompañamiento y en caso de ejecutarlos no se exceden en la protección. Algunas veces ejecutan agresiones contra tropas con muy escasa eficacia, empleando unas veces ametralladoras y otras bombas pequeñas, internándose lo menos posible detrás de nuestras líneas. Aviación propia (Nacional): La aviación Heinkel de caza actúa generalmente en formaciones densas y acompaña bien a la de bombardeo, situando sus patrullas, unas en los costados de las de bombardeo y a su mismo nivel y otras sobre ellas. En general, ni busca ni rehúye el combate con los que le son ligeramente superiores en velocidad, sobre todo a más de dos mil metros y a los que jamás puede seguir en vuelo a pico. La aviación Fiat ha ensayado sucesivamente dos diferentes doctrina de empleo táctico , probablemente por distinta concepción del papel de la caza por los dos jefes que ha tenido tan brillante agrupación aérea. Durante el mando del Capitán Limonesi poseía el grupo Fiat un marcado espíritu ofensivo; el combate aéreo, con la caza enemiga, era considerado como la finalidad esencial del arma y ello dio como resultado un alto espíritu combativo que se tradujo en innumerables y continuas victorias en encuentros casi cotidianos, con la consiguiente elevación de nivel de la moral de los aviadores. El nuevo mando ha impuesto a la caza Fiat un espíritu defensivo, moderando los impulsos de agresión, recomendando evitar el cruce de las líneas, elevando la altura de vuelo y evitando se busque el combate con la caza enemiga que, a su vez, también procura esquivarlo. Ambas teorías tienen sus defensores y son defendibles, como lo son en las flotas navales. En nuestra guerra, se ha confirmado como más eficaz la primera escuela, la que con muy escasas – aunque dolorosas pérdidas – nos condujo al pleno dominio del aire que quedó limpio de enemigos por un lapso de tiempo bastante largo. Sería de desear se volviera a ella con objeto de desarmar en el aire al enemigo, elevando con ello de modo simultáneo la moral de las tropas y la de los aviadores. A nuestro juicio, nuestra caza debe buscar el combate con la enemiga como medio de destruirla y caso de no ser esto fácil por la velocidad del adversario para rehuirlo, agredirle en sus aeródromos con fuego de ametralladoras hasta su total aniquilamiento. Distribución de la caza: Existen en el frente de Madrid unos 30 aviones de caza enemigos, lo que aconseja disponer por nuestra parte en el mismo de otros tantos Fiat en vuelo. Ello es posible hoy en día dada la escasez de aviones de caza en los aeródromos del Sur que no permite al enemigo concentrar más de 6 o 7 por lo que con una docena de Fiat, situados en Sevilla o en otros aeródromos andaluces, hay suficiente para proteger a los aviones de reconocimiento y bombardeo en las operaciones que puedan emprenderse próximamente. FUENTES PRIMARIAS No está permitida la reproducción total o parcial de este documento por ningún medio, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright 2386


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