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quisimos saber también si ella pensaba que el estilo de vida que ella había vivido era factible hoy en día, y una vez más nos sorprende: «Sí, claro que sí. Es cierto que quizás antes las mujeres éramos más altruistas, o más sufridoras, no sé… Nosotros pasamos muchos apuros, pero todo se sobrellevaba bien. Ahora mis hijas, que también están casadas con marinos y tienen muchos hijos, a todas las veo felices. Reconozco que a mí me encanta la Marina, por lo que no puedo ser objetiva, y a los míos también. Tengo un nieto que dice que él quiere ser marino de España… Con respecto a mi época, ahora tienen muchas más oportunidades que antes, de conocer mundo y de ofrecerles esta gran riqueza a sus hijos». Le pedimos por último un consejo a la mujer del marino de hoy en día, y nos vuelve a sorprender diciendo: «¡Que se aguante!… La mujer del marino tiene que aguantar mucho; no es una vida fácil, impone sacrificios, pero también es verdad que normalmente encuentras grandes apoyos en las mujeres de los compañeros que están en tu misma situación, creando una especie de familia paralela, que te ayuda muchísimo cuando lo necesitas». Entrevista a D. Matías Luis Gómez-Villaboa Mielgo, alcalde de Alija del Infantado 64 BIP El almirante general Gonzalo Rodríguez Martín-Granizo, nacido en León el 25 de febrero de 1928, ingresó en la Escuela Naval Militar a los 18 años y fue promovido al empleo de alférez de navío en 1951. Durante su vida militar estuvo embarcado en el crucero Almirante Cervera, el destructor Sánchez Barcáiztegui, el buque-escuela Galatea, el crucero Canarias y el destructor Álava. Además ostentó el mando del destructor Marqués de la Ensenada. Sus principales destinos en tierra fueron el de jefe de la División de Estrategia del Estado Mayor de la Armada, segundo jefe del Estado Mayor de la Armada, jefe del Estado Mayor Conjunto de la Defensa, almirante de la Flota y jefe de Estado Mayor de la Defensa. Falleció el 16 de diciembre de 1992, a los 64 años, mientras ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor de la Defensa. Tras la entrada en vigor de la ley 17/1999, de Régimen de Personal de las Fuerzas Armadas, por la que se crean los empleos de general de Ejército, almirante general y general del Aire, se le promovió al empleo de almirante general de la Armada, con carácter honorífico y a título póstumo. Don Matías ha sido funcionario del Estado durante más de cuarenta años, y durante más de veinte primer teniente de Alcalde. Fue nombrado alcalde en la anterior legislatura y ahora su primer teniente de alcalde, D. Victoriano Villar Román, es también antiguo miembro de la Armada, con el grado de alférez de navío, y sobre quien nos adelanta que «ha sido quien ha organizado todo el acto, ya que como militar le gusta mucho el orden y la pulcritud en la preparación de eventos, máxime cuando como en esta ocasión se trataba de homenajear a la Armada; también fue de quien partió la iniciativa de erigir un busto del almirante, y yo accedí a ello porque creo que esta persona se ha hecho merecedora de esta distinción». Para comprender la vinculación de Alija del Infantado con la Armada hay que remontarse a los años 50-60, en los que un número de veinticinco ciudadanos, de una población de 1000 habitantes aproximadamente, fueron a cumplir el Servicio Militar en la Armada. Ellos volvieron y supieron inculcar esta vocación a sus descendientes, que se ha venido manteniendo hasta hoy día en que «tenemos ya hijos y nietos de los que iniciaron esta vocación, alcanzando grados en la Armada que van de cabo a coronel. En Alija sabemos que actualmente la Armada Española es la séptima potencia a nivel mundial, por lo que nos sentimos especialmente orgullosos de haber contribuido a ello en alguna medida». Don Matías, como funcionario que fue opina que «no sólo la Armada, sino cualquier institución debe divulgar sus cometidos y funciones, y en este sentido creo que la Armada hace muy bien dándose a conocer en las zonas de interior». La población de Alija es fundamentalmente agrícola, aunque hoy en día esta actividad está en recesión por el desarrollo industrial, y ellos saben que deben afrontar este problema con valentía y decisión «Estamos pendientes de hacer la concentración parcelaria, que nunca se había hecho hasta ahora, en la confianza de que esto sirva para explotar mejor nuestros recursos y elevar el nivel de vida de la villa». Unos por unas causas y otros por otras, vecinos de Alija se han visto obligados a salir a trabajar fuera del pueblo, por lo que la población ha ido en disminución «pero mantienen sus lazos y regresan a pasar sus vacaciones aquí porque todos llevamos Alija en el alma». Por mi parte me han bastado tan sólo unas horas para no olvidar ya nunca este pueblecito de interior con sorprendente vocación marinera, así como la calurosa acogida que nos ofrecieron sus gentes; ni borrar de mi memoria la imagen extraordinaria de la muralla que lo circunda, su palacio-castillo medieval, sus iglesias milenarias… También ahora comprendo cómo la mar puede llegar a alcanzar la comunidad castellano-leonesa, entrando de lleno por la vía de La Plata a través de los ojos mozárabes del puente de La Vizana sobre el caudaloso río Órbigo…Y entendí también por qué donde se siente la mar, estará siempre la Armada. C. JáUREGUI GARCíA


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