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REVISTA HISTORIA MILITAR EXTRA II 2014

MIGUEL PONS DE MENDOZA «EL RESUCITADO». UN JOVEN... 91 de Béjar y luego marqués de Treviño y de Belmonte por su matrimonio, que tardó algo más de 8 años en conseguir los mismos ascensos (11.II.1701-15. XII.1709); pero este fue a su vez, y de largo, el más joven de los tenientes generales, ya que contaba solamente 28 años de edad cuando obtuvo dicho empleo. El marqués de Aitona, segundo de los que tengo registrados, al-canzó el mismo empleo el 9.XI.1704, cuando contaba 32 años de edad. Es precisamente en la edad de promoción donde puede despuntar don Miguel, tercer militar más joven en la promoción a la tenencia general, con 35 años, porque en la celeridad de aquellas es rebasado por individuos tales como Baltasar Hurtado de Amézaga, el Conde de Mahony,3 Miguel de Ceva Gri-maldi, Domenico Recco y quizá por algún otro, ya que no llegué a terminar el estudio comparativo completo que me había propuesto, basado en las re-laciones de oficiales generales, ordenadas por las fechas de sus patentes, en servicio entre diciembre de 1710 y 1714,4 aunque había otras posteriores. Francamente, me siento como caído del guindo. ¿Acaso desconocía que la causa borbónica, desde el desastre de Ramillies (1706), estaba sentencia-da en Flandes, evacuado ya en 1710, excepto el baluarte de Namur? ¿Qué Milán y Nápoles se habían perdido en 1707, que la corte de Madrid había caído dos veces en poder del pretendiente (1706 y 1710) y que –pese a los éxitos militares de Brihuega y Villaviciosa, a finales de 1710– la suce-sión de Felipe V no empezó a aclararse hasta que el archiduque Carlos se convirtió en sacro romano emperador en 1711, momento desde el cual los anglo-holandeses se desligaron de apoyarle, para evitar que el imperio ale-mán y el español volvieran a manos de otro Carlos? El Borbón, que siempre contó con el apoyo financiero de su abuelo, Luis XIV, incluso cuando este se vió obligado a retirar sus tropas de España (1709-1710) para favorecer un posible acuerdo de paz que solo a él beneficiaría, tuvo que premiar con im-portantes ascensos éxitos militares a menudo efímeros y tornadizos, como la toma de Daroca –que le valió el mariscalato a don Miguel–, plaza que solamente pudo conservar durante 5 días. Y hay muchos más ejemplos que sería farragoso traer aquí, pero que tengo frescos por haber ido revisando numerosas promociones para llegar a las conclusiones arriba expuestas so-bre la rapidez de las mismas. Pese al mimoso manto con el que el rey legalmente proclamado y ju-rado cubrió a su generalato, no faltaron infidelidades y mudas de bando, o deserciones, si se prefiere, que la cambiante suerte de la guerra alimentaba, 3  Tardó seis años en promoverse de coronel (1702) a teniente general (1708), pero no sirve a nuestro propósito debido a que ingresó en el ejército de Felipe V en 1703, procedente del de Luis XIV, con la graduación de brigadier y coronel de un regimiento de dragones. 4  AHN, Estado, leg. 1282. Revista de Historia Militar, II extraordinario de 2014, pp. 87-148. ISSN: 0482-5748


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