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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 129

FRANCISCO FONT BETANzOS circulaban rumores de que la primera salida del crucero en comisión de servicio sería quizá «hacia los mares de Occidente». El 21 de mayo de 1897, el brigadier de Artillería de la Armada Federico Santaló presentó al ministro de Marina el informe sobre las pruebas de los elementos ofensivos del Carlos V. El señor Santaló, que había presenciado los ensayos, expresó su satisfacción por el magnífico comportamiento de los cañones «en un buque de excelentes condiciones marineras y militares, que puede figurar dignamente al lado de los mejores de las escuadras extranjeras». Una disposición de 3 de mayo de 1897 nombró tercer comandante del Carlos V al teniente de navío de 1.ª Ricardo Fernández de la Puente. El 21 de junio se supo que el departamento correspondiente había desechado, a expensas de un nuevo estudio, el proyecto de aumentar 10 centímetros la artillería que había de montar el crucero. Para ello habría habido que acometer grandes reformas en los pañoles entre otras obras de importancia, con la consecuente demora en la fecha prevista de entrega, según notificaron las comisiones inspectora y receptora del buque al ministro de Marina, que había solicitado información al respecto. Por acuerdo del Consejo de Ministros de 8 de julio de 1897, el titular de Marina dispuso que el Carlos V saliera urgentemente hacia El Havre para montar las torres y los dos cañones Hontoria de 280 mm, y una semana más tarde la misma autoridad ordenó al capitán general del departamento de Cádiz que el día 31 la comisión de Marina nombrada al efecto iniciase los trámites para la entrega provisional del crucero. Las pruebas oficiales de estabilidad se habían suspendido debido a las adversas condiciones meteorológicas, así que se admitieron las efectuadas con carácter particular. A pesar de la premura por concluir las obras, a primeros de julio aún no se había rematado el pintado interior del buque y algunas instalaciones estaban inconclusas, amén de que parte de la artillería aún no se hallaba instalada y de las dificultades para completar la dotación a causa de la escasez de condestables, contramaestres y maquinistas escalafonados en el departamento de Cádiz. En los primeros días de agosto de 1897 se celebraba en el Carlos V la primera misa a bordo. Transcribimos el telegrama que el ministro de Marina, josé M.ª Beránger y Ruiz de Apodaca, remitía al gobernador de Cádiz: «Verdadera satisfacción experimento por recepción telegrama de felicitación y saludo que V.S. me ha dirigido en nombre representación clases sociales Cádiz reunida acorazado Carlos V, después dicha primera misa, siendo laudatorias frases con que está redactado la mejor recompensa que pudiera recibir como ministro y como hijo de esa heroica ciudad, por cuyo adelanto me intereso, y ruego a V.S. haga presente a todos los firmantes mi profunda gratitud por sus manifestaciones, asegurándoles que todos mis esfuerzos se han dirigido siempre a conseguir el mayor engrandecimiento de nuestra Marina, a fin de que la bandera española fuese respetada en todos los mares del globo». El 12 de agosto de 1897 se iniciaba la entrega oficial del Carlos V a la Marina, que concluía el día 18, con la tripulación y todos los cargos del buque 48 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 129


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