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REVISTA DE HISTORIA NAVAL 129

JUAN ANTONIO GóMEz VIzCAíNO Padilla, y cinco minutos después el mismo ingeniero director mandó se prosiguiera en achicar el dique para poder ver el defecto del pavimento y en el tiempo que las bombas pararon creció el agua seis pies, y seis pulgadas por los parajes defectuosos, pues el cajón no hace gota de agua alguna por ningún paraje que se pueda conocer, entre ocho, y nueve el ingeniero director mandó viniesen los peones voluntarios, y se retirasen las calcetas los cuales desde las nueve de la noche hasta las seis del miércoles por la mañana agotaron tres pies, y seis pulgadas a las siete se midió el pavimento de la banda de fuera de las puertas, y se encontró había suspendido para arriba doce pulgadas en el medio teniendo el dique seis pies y tres pulgadas de agua a las doce cuatro pies, y ocho pulgadas entre cuatro, y cinco de la tarde en el cuarto de la casa de los diques en presencia de VS. y del ingeniero director previne que porqué por qué no se ponían más bombas en la embocadura del mismo dique, y me mandó VS. aprontara seis bombas trabajando la maestranza toda la noche; a las cinco de la tarde tenía el dique cuatro pies, dos pulgadas y media de agua; a las nueve seis pies; a las doce de la noche seis pies, y nueve pulgadas. El jueves a las cuatro de la mañana siete pies, y diez pulgadas; a las ocho siete pies, y siete pulgadas; entre diez, y once le participé por escrito a VS. mandara al ingeniero director suspendiera la piedra de encima las bisagras para evitar el que no perecieran las puertas; cerca de las once me mandó VS. pusiera un tapón de las puertas del dique pequeño para observar si el agua se introducía dentro de la fosa, y se vio claro que no entraba ninguna a cuyo tiempo me mandó VS. aprontara seis bombas más. A las doce del día tenía dicho dique seis pies, y cuatro pulgadas de agua; a las seis de la tarde seis pies; a las diez de la noche seis pies, y cinco pulgadas. Los carpinteros y peonaje trabajaron toda la noche en aprontar las bombas; el viernes por la mañana a las cinco andaban seis bombas en la embocadura; a las seis, y media se hallaban en el citado dique siete pies, y seis pulgadas de agua, y en el mismo tiempo comenzaron los ingenieros a quitar la piedra de encima de las bisagras; a las once se hallaba con cinco pies, y diez pulgadas de agua; a las seis de la tarde cuatro pies; entre diez, y once de la noche andaban ocho bombas en la bocadura; a las once se hallaron cuatro pies, y seis pulgadas de agua en cuya noche trabajó la maestranza, sábado a las seis de la mañana se halló con seis pies, y cuatro pulgadas; a las ocho el ingeniero director mandó venir todos los albañiles, y canteros a dar a las bombas; entre ocho, y nueve andaban diez en la bocadura; a las once mandé viniera la maestranza de carpinteros, y calafates a dar a las diez bombas; a las doce el alto del agua era de tres pies; a las dos, y treinta, y cinco minutos el pavimento levantó por diferentes partes conforme está señalado en el plan, entre la puerta, y el cajón en el medio tres pies, y cuatro pulgadas del nivel del agua; a las dos, y tres cuartos estando VS. en compañía del ingeniero director en el referido cuarto mandó dicho ingeniero se suspendieran las bombas, y treinta minutos después que pararon, el agua creció por los veneros cuatro pies, y siete pulgadas. A las tres de la tarde mandé al contramaestre asegurara el navío con sus amarras; a las cinco, y 86 REVISTA DE HISTORIA NAVAL Núm. 129


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