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Augusto Lluch Lyon acompañado por el Drine Turbulent, matrícula EC-YAG, por él construido. (Foto: Joaquín Guerra Jiménez) había adquirido en Estados Unidos un kit perteneciente al famoso biplano acrobático Pitts S-1 Special. Recibida la preceptiva autorización, el avión iba tomando forma, al más puro estilo amateur, en un tercer piso de número 44 de la avenida Osuna, en Madrid. Era la intención de Serrano que, una vez concluido el montaje, los componentes del Pitts abandonaran su habitáculo colgados por la fachada para trasladarlos posteriormente a Cuatro Vientos. En Las Palmas de Gran Canaria, José Luis Montañés, dio igualmente todos los pasos burocráticos para emprender la realización de su propio avión, y en ese momento se encontraba plenamente inmerso en la construcción de un Piel C.P. 70 Béryl. La misma senda siguieron Benjamín Folgado en la Ciudad Condal para sacar adelante su proyecto de construir un Druine Turbulent, y Ernesto Corbellá Fernández de Madrid, con el fin hacer realidad el montaje de un interesante biplano ultraligero: el Hovey Whing Ding II, impulsado por un motor Mc Culloch de 14 H.P. Fue el mismo diseño seleccionado en Albacete por Antonio Picazo García, quien llevó a cabo el primer vuelo de su Whing Ding II durante el año 1981. La intención de llevar al terreno de la realidad la famosa novela de Julio Verne, Cinco semanas en Globo, animó a tres aeronautas, Juan Comellas, José María Lladó Costa y Jaime Llansana, a contruir su propio aerostato de aire caliente con el proposito de emprender un viaje para cruzar el continente africano de este a oeste. La fabricación de la aeronave se inició en la primavera de 1978, aprovechado un almacén existente en la localidad de Igualada. El espacio disponible sería utilizado al máximo para coser los diferentes paneles de nailon que componían la envoltura, asi como para trenzar el mimbre de daba forma a la gran barquilla. Tran invertir un año de trabajo, el resultado final fue un voluminoso aerostato de 22 metros de altura y 3.965 metros cúbicos. En septiembre de 1979 se llevaron a cabo las primeras pruebas, limitándose a realizar una serie de comprobaciones de carga mediante vuelos cautivos. Bautizado con el nombre de Tramuntana, el globo fue trasladado por vía marítima hasta el punto donde debía iniciar un largo viaje de 11 meses. Al Tramuntana le correspondió lucir una de las primeras matrículas reservadas a las contrucciones realizadas por aficionados, causando alta en el mes de julio de 1984 identificado como ECYAB. La presencia en el Registro de Aeronaves Construidas por Aficionados del Tramuntana no se produjo de forma aislada. Mostrando las matrículas EC-YAC y EC-YAD, se incorporaron al parque de aerostatos españoles una pareja de ejemplares fabricados por Joaquín Guixa Palacios, de Barcelona. Se trataba de los modelos JG 55 y JG 77, bautizados con los nombres Bambini y Rosa Rosado respectivamente. LAS AERONAVES DE FRANCISCO CASES El pequeño taller de Francisco Cases Masiá, emplazado en la planta baja de su propio domicilio en Benetuser, Valencia, era una verdadera panacea para cualquier aficionado a la aeronáutica. Rodeados por dibujos técnicos, aeromodelos, hélices, secciones en construcción de aeronaves, múltiples fotografías y un amplio etecétera, era fácil que las convensaciones se prolongaran hasta el infinito, siempre con epicentro en los temas de aviación. El ambiente invitaba a ello. Aprendiendo a volar, en definitiva. Veterano aeromodelista, piloto privado y de vuelo sin motor, experto en el uso de materiales compuestos y, sobre todo, plenamente implicado en la filosofía amateur, en 1976 Cases inicia la construcción del velero V-15 Voltor, fruto de su propio diseño. Con 15 metros de envergadura, Cases tuvo como principal fuente de inspiración el conocido modelo SZD-30 Pirat. Cuando la construcción del V-15 se encontraba bastante avanzada, Cases consultó el proyecto que estaba realizando con José Antonio Delgado. Dado lo innovador de los materiales usados, Delgado le puso en anecedentes sobre las dificultades que le esperaban para obtener el visto bueno que le condujera a operar en vuelo. Como Cases señalaba: “(…) un velero standard de 15 metros de envergadura, integral en composite, era poco menos que una osadía” De esta forma, su diseñador dejó aparcado el proyecto y, durante ese mismo año, emprendió la construcción de un sencillo planeador de 10,5 metros de envergadura, utilizando igualmente materiales compuestos: el Libel-lula. El espacio disponible en la planta baja contemplaría el inicio del proyecto. En esta ocasión, Cases contó con la ayuda de Delgado en materia de cálculos y análisis de algunos de los materiales realizados en los laboratorios de AISA. En el año 1978 el proceso de construcción había llegado a su fin, llevándose a cabo seguidamente las pruebas de carga. Superadas con éxito, los ensayos de vuelo se realizaron en el aeródromo de Ontur, Albacete, donde quedó situado el cuartel general a lo largo de un año. Con la participación de Faustino Cantos, los primeros vuelos del Libel-lula se llevaron a cabo mediante sandow, logrando verificar algunos desplazamientos sobre el terreno a poca altura. Posteriormente, el procedimiento de elevarlo en el aire quedó confiado a la postencia desarrollada por una furgoneta propiedad de Faustino Cantos. El Libel-lula tardó poco tiempo en despertar el interés de la prensa especializada, apareciendo su reseña en el prestigioso Jane´s al the world´s aircraft 174


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