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BOLETIN SANIDAD MILITAR 16

2013 TRIBUNA DE HUMANIDADES 23 Un animado grupo de sanitarios españoles y suboficiales norteamericanos con un jovencísimo Capitán Faúndez (primero por la izquierda) enfermos comieran lo que les daban sus familiares. Aparte de la asistencia hospitalaria, se visitaban periódi-camente cuatro aldeas alejadas de Go Cong: Hoa-Binh, Bin- Thang, Hoa-Lao y Hoa-Dong. Dado que la carretera estaba rodeada de arrozales y vegetación alta y espesa, era bastan-te peligrosa por lo que a las amenazas de los francotiradores se añadía la de la velocidad. Al llegar al punto de destino se anunciaba la llegada del médico por megafonía por medio de un intérprete. Durante muchas de estas visitas se realizaban campañas de vacunación entre la población infantil. Desgra-ciadamente había, de vez en cuando, que interrumpir las vi-sitas periféricas ante rumores de posibles ataques de impor-tancia. Respecto a estos viajes, el Capitán Médico Faúndez Rodriguez en una entrevista recordaba… no teníamos miedo porque no valorábamos el peligro real que corríamos. A 40 grados con un 90% de humedad los objetos no se perciben igual, las situaciones no parecen las mismas… Algo de lo que con el tiempo se fueron enterando los sani-tarios españoles, fue que su clientela era en su gran mayoría del vietcong o simpatizantes a pesar de lo cual las relaciones eran muy buenas, podría decirse que excelentes. Generalmen-te la comunicación con ellos era en francés (eran denominados tai-ba-nha: español) o con la lengua local y con intérprete. La población y el cariño demostrado por la población local llegó al extremo de bautizar como Puente de España a uno de los que salvaban un brazo del Mekong que pasaba por la ciu-dad (Can tai-ba-nha). La guerrilla conocedora de la labor realizada por los sa-nitarios españoles entre la población civil respetó sus vidas. Morterazo en la residencia española Pero como siempre hay algún despistadillo con mala puntería o algún recién llegado que todavía no se conoce bien las cosas locales, pues ocurría que con relativa frecuencia atinaba a caer un morterazo en el hospital o en la residencia o lo suficiente-mente cerca como para, como ocurrió en una ocasión, durante la fiesta-ofensiva del Tet (fiesta del año nuevo vietnamita) del año 1.968, herir a un español y matar a unos cuantos solda-dos sudvietnamitas que estaban de escolta. Al poco tiempo de este suceso, guerrilleros del vietcong pararon a los vehí-culos españoles que se desplazaban por la región para pedir disculpas. Las condiciones de vida, sin ser las mejores del mundo, tampoco debieron de ser excesivamente malas teniendo en cuenta la naturaleza de la misión y el lugar en el que se de-sarrollaba; lo que peor se soportaba era que la comunicación con la familia únicamente se podía realizar por correo postal (las cartas tardaban algo más de una semana en hacer el re-corrido) y que la comunicación con España era prácticamente inexistente, ya que no les llegaba ni la prensa ni ningún tipo de publicación. El alojamiento del personal expedicionario se realizó en una antigua mansión colonial francesa a dos kilómetros del hospital y justo detrás del edificio del EM del Ejército de Viet Nam del Sur. El personal de limpieza y cocina eran mujeres locales con-tratadas y pagadas por el ejército americano. Se procuraba en todo momento españolizar la residencia y en su patio ondea durante toda la misión la bandera nacional. Los ratos de ocio, que tampoco son tantos, se empleaban en oír música (española, desde luego), juegos de mesa, lectura y practicar algún depor-te. Los fines de semana menudeaban las excursiones a Saigón donde tampoco se libraban de los sustos de las bombas. España, entre otras condecoraciones, lo hizo (ignoramos el número) con la Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo, los vietnamitas con la Medalla de Honor de Primera Clase de las FAS de Viet Nam del Sur y los americanos con la Medalla de Campaña de Viet Nam del Sur. A su regreso solamente les esperaban sus familiares, segu-ro que para ellos fue suficiente. BIBLIOGRAFÍA - Ansón, L. Mª. Los médicos españoles en Vietnam(sic) necesitan ayuda. ABC 09.02.1.967. Pp. 34. - Bescós Torres. La Sanidad Militar española en Viet Nam. Med Mil (Esp) 1.995; 5 (4). - López de la Torre, S. Presencia española en Viet- Nam del Sur. ABC 16.07.1.970 Pp. 24 - Marín, F. A. Martínez se va a la guerra. Intervenciones militares de España en el extranjero. 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Nos 3 (pp. 41-46), 4 (pp. 61- 65), 5 (pp. 81-135), 6 (pp. 101-107) y 7 (pp. 129-135). 15 de febrero a 15 de abril. Madrid, 1.864.La ubicación en el mapa es aproximada


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