Page 130

MEMORIAL CABALLERIA 74

Varios Noticias del Arma Orgánica y Materiales Empleo Táctico y Operaciones Historia 128 DOCUMENTO ción de dicho miembro con gran entereza y animosidad, manteniéndose firme y con toda su atención concentrada en la defensa de la posición hasta que, por efecto de la gangrena que se le declaró en la mencionada herida, falleció”. Pero, como he dicho, los oficiales no son los únicos en resaltar algún aspecto de su conducta. El soldado Gómez Fernández, del 4.º escuadrón de “Alcántara” insiste en que “constantemente estaba en el parapeto en Monte Arruit con la tropa, animándonos con su ejemplo y diciéndonos que esperáramos un par de días, que había ya muchas fuerzas en Melilla y que en seguida vendrían a so-corrernos. Después de los primeros días, en que por haber ocupado los moros una casa que dominaba la aguada se hacía ésta imposible, nos decía que él también estaba sin beber. Después de herido, durante los tres días que tardó en morir, preguntaba siempre por la situación de la posición en cuanto oía que se hacía mayor fuego que de ordinario. Su presencia entre nosotros era una garantía de que la posición no sería nunca ocupada por los moros, decayendo el ánimo de todos en cuanto nos enteramos de su muerte, que fue sentidísima por cuantos allí estábamos, dándole sepultura en el patio de intendencia y presenciando su enterramiento hasta los heridos graves de todos los Cuerpos, que se levantaron para echar un puñado de tierra en su sepultura”. El soldado Barriendos Estopañán, del 2.º escuadrón de “Alcántara”, recuerda que “en cuantos momentos y ocasiones se presentaban, muy animoso nos decía “que esperáramos un par de días que ya había en Melilla muchas fuerzas y que irían a socorrernos”. Era el alma de la defensa y en quien teníamos, todos, puestas nuestras esperanzas, desde el general hasta el último soldado, sabiendo que mientras él estuviera vivo los moros no entrarían en la posición”. Incluso el intérprete civil Antonio Alcaide “desea hacer constar que, por el buen ejemplo, espíritu elevado y constantes pruebas de buen humor, mantenía la fe y el entusiasmo de todos los que tomaron parte en la defensa de Monte Arruit, dando muestras de un alto concepto del deber militar hasta que murió”. He querido dejar para el final la declaración del entonces teniente coronel de infantería D. Eduardo Pérez Ortiz, jefe accidental del Regimiento de Infantería “San Fernando”7. Prescindiendo de las actuaciones más o menos heroicas, estoy convencido de que Fernando Primo de Rivera, como jefe de instrucción de “Alcántara”, se hubiera sentido plenamente orgulloso de que su compañero de infantería declarase que el día 22, durante la protección de la retirada de Annual, vio algunas unidades de “Alcántara” que “en orden cerrado” ocupaban unas lomas y se replegaban después al campamento. ¿Hay alguna otra forma de hacer fácil lo que era prácticamente imposible? 7 Este teniente coronel llevó a cabo, durante el desastre de Annual, una actuación personal muy parecida, en teoría, a la del teniente coronel Primo de Rivera. Era el jefe accidental del Regimiento de Infantería “San Fernando”, otra de las uni-dades que destacó por su brillante actuación pero, al contrario que el de caballería, no fue propuesto para una laureada. Es comprensible que conservase cierto resquemor ante la fama conseguida por su compañero de armas y que llegase a declarar que “no había visto ni oído decir de ninguna intervención de importancia del teniente coronel Primo de Rivera” y que declarase que no encontraba “motivo alguno que haga acreedor al citado regimiento “Alcántara” a la concesión de la Corbata de la Real y Militar Orden de San Fernando”.


MEMORIAL CABALLERIA 74
To see the actual publication please follow the link above