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MEMORIAL CABALLERIA 74

Historia Empleo Táctico y Operaciones Orgánica y Materiales Noticias del Arma Varios 181 EL GUADARNÉS Phalaris br. 1913 Polymelus b. 1902 Cyllene ch. 1895 Bona Vista Arcadia Maid Marian dkb/br. 1886 Hampton Quiver Bromus b. 1905 Sainfoin ch. 1887 Springfield Sanda Cheery br. 1892 St. Simon Sunrise Scapa Flow h. 1914 Chaucer br. 1900 St. Simon br. 1881 Galopin St. Angela Canterbury Pilgrim h. 1893 Tristan Pilgrimage Anchora ch. 1905 Love Wisely ch. 1893 Wisdom Lovelorn Eryholme ch. 1898 Hazelhatch Ayrsmoss Árbol genealógico de Pharos Para empezar a sintetizar su pensamiento diremos que muchos de sus lectores se muestran decepcionados por las enseñanzas o explicaciones que Tesio daba de sus argumentos, algo compren-sible desde el punto de vista egoísta. Digamos que Tesio no siempre estaba predispuesto a enseñar a sus posibles competidores… No obstante, podemos intentar resumir su filosofía en varios párrafos: Negó el concepto de “raza” al caballo de carreras. Gracias a la casualidad, durante un viaje en tren se encontró con un libro que hoy en día todos conocemos y que leía otro viajero: “Las Leyes de Mendel”. Es aquí donde se da cuenta que la raza PSI no es tal, ya que presenta demasiadas variacio-nes de alzada y capas. Los purasangres, aunque seleccionados, también son bastardos. En el siglo XXI, todavía nos tienen que explicar esta idea de “raza” como algo artificial creado por el hombre. No obstante, sus conocimientos científicos de herencia de caracteres eran muy acertados a pesar de la época. Debido a su experiencia y capacidad de observación era capaz de formular, por ejem-plo, muchas proposiciones sobre las capas que hoy en día ya están demostradas. Tesio mantenía que el pura sangre inglés no era solo una consecuencia de la mejora de los cruces realizados por el hombre, sino que había que tener en cuenta la inyección de sangre de los primigenios caballos árabes. Se dice que los caballos PSI descienden de tres famosos caballos (Byerley Turk, Godolphin Arabian y Darley Arabian), aunque en realidad hubo más caballos importados para mejorar las cualidades hacia las carreras. Son estos tres los que más triunfaron, dando a luz aproximadamente medio siglo después a los pilares de la raza Eclipse, Matchem y Herod. Tesio había supuesto que la inyección de la verdadera sangre de la velocidad era la importada. Se trataba pues, de un atavismo que él llamaba “sangre oriental”. Es decir, la facilidad para correr seguía -generación tras generación- transmitiéndose en los genes, pero en realidad no era más que la expresión de un don que aportó la incorporación de ciertos caballos árabes, verdaderos responsa-bles de esta gracia divina, la velocidad…


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