SECCIONES FIJAS Bandera de Bahrein REVISTA EJÉRCITO • N. 905 SEPTIEMBRE • 2016 113 de Bahréin se han convertido en apátridas desde julio de 2014 siendo esta una de las herramientas más visibles dentro de la dura represión que los shiíes sufren.4 En dicho contexto, y en el mismo mes de junio, un veterano defensor de los derechos humanos en el país, Nabeel Rajab, fue detenido: se había destacado en los últimos tiempos por criticar la participación de Bahréin en la coalición «ad hoc» que desde marzo de 2015 bombardea posiciones de los shiíes hutíes en Yemen liderada por Arabia Saudí. La represión del régimen de Bahréin contra la oposición shií se viene aplicando en términos de ejemplaridad, pues el pasado 30 de mayo le fue duplicada al Secretario General de Al Wafq, Alí Salman, la condena inicial de prisión dictada en 2015 de cuatro años a nueve. Dicho líder político había sido acusado de «promover la Yihad como deber religioso».5 Bahréin alberga en su territorio el Cuartel General de la V Flota de EEUU y, aunque Washington critica periódicamente las violaciones de los derechos humanos, mantiene una actitud pragmática de la que el rey Al Khalifa se beneficia. Washington redujo su ayuda militar a Bahréin a partir del estallido de las revueltas en 2011 y de la represión de las mismas por el régimen, pero la retomó a partir del verano de 2015 y ello sin que la situación hubiera cambiado en el país substancialmente. Para entonces Bahréin era ya un miembro activo en la coalición «ad hoc» creada para bombardear posiciones del Estado Islámico / DAESH en Siria. Por otro lado, el Reino Unido está construyendo una instalación naval en el país, en concreto en el puerto Mina Salman, y la Fuerza Aérea de Bahréin ha participado en la susodicha coalición que EEUU lidera contra el EI / DAESH.6 Además, enfrente de Bahréin está Irán, no sólo con los ecos de la vieja reivindicación de Teherán que considera al reino la décimocuarta provincia de la República Islámica, sino también y según Manama apoyando con armas la desestabilización del país. TENSIÓN CON IRÁN ASEGURADA La airada reacción del muy mediático general Qassem Suleimani, jefe de la fuerza Al Qods, la unidad de élite de los Pasdarán o Guardia Revolucionaria iraní, amenazando con «una Intifada sangrienta» a Bahréin al dictarse la sentencia el 27 de junio, confirmaría esas acusaciones de injerencia contra Teherán y alimenta aún más el frentismo suní liderado por Arabia Saudí. Para Suleimani, en declaraciones realizadas a la agencia iraní de noticias Fars, el régimen de Manama había «cruzado la línea roja» con tal medida y pagaría las consecuencias.7 También el Partido de Dios libanés, Hizbollah, se hizo eco de la sentencia calificándola de «extremadamente peligrosa» y afirmando, en la línea del general iraní Suleimani, que tendría «severas consecuencias para el régimen de Bahréin». Importante es destacar que las críticas de Hizbollah llegaban después de que Bahréin, junto a Arabia Saudí y las demás monarquías del CCG, hubieran declarado al grupo libanés organización terrorista. La medida tomada ahora en Bahréin contra Isa Qassim recuerda a la tomada por Arabia Saudí en diciembre contra otro clérigo shií, Nimr Al Nimr, quien fue ejecutado provocando también una dura reacción de Irán, que rompió relaciones diplomáticas con Riad siendo además asaltada la embajada saudí en Teherán. Irán ha decidido además suspender este año la peregrinación de sus ciudadanos a La Meca, recordando como agravio adicional que, de los 2.400 muertos en la primera ciudad santa del Islam en una estampida producida el pasado septiembre, 460 eran iraníes. Es previsible que en el corto plazo la tensión entre suníes y shiíes se incremente, y ello porque la humillación de una figura como el ayatollah Isa Qassim, quien estudió en Qom (Irán) y en Nayaf (Irak) en los noventa, ha sido recibida como una afrenta por la comunidad shií, algo mucho más grave que las disputas entre los Estados. Así, el Estado de Bahréin puede convertirse, como Yemen, en un actor interpuesto más en la tensión
EJERCITO DE TIERRA SEPTIEMBRE 2016
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