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EJERCITO DE TIERRA SEPTIEMBRE 2016

sincero, con resultados variados y bastante alejados de los esperados. A pesar de todo lo anterior, de las diferentes alianzas creadas para combatirlo y de los acuerdos internacionales para restringir sus capacidades logísticas con las que puedan alimentar su batalla, se mantiene en gran parte del terreno conquistado y, hasta de vez en cuando, es capaz de resurgir de sus propias cenizas y poner en jaque a los mejores expertos militares internacionales, llegando incluso a recuperar algunas de las zonas pérdidas y restablecer sus medidas de coordinación sin dejar nunca de incrementar sus efectivos, material y medios de financiación. Hace tan solo unos pocos años una lucha tan desigual como esta no hubiera podido ser mantenida por tanto tiempo por los yihadistas y con tan escasos resultados para los aliados sin la participación coordinada de los avances de la tecnología, grandes fuentes de financiación, la internacionalización del conflicto, un decisivo liderazgo, el arraigo y apoyo encontrado en las zonas conquistadas una vez saneadas, su capacidad de resistencia, sus fuertes creencias y cohesión y los poco descifrables medios de comunicación que emplean. En definitiva, por su gran capacidad de resiliencia. No haber valorado adecuadamente este factor es, sin duda, la causa del fracaso de la estrategia adoptada inicialmente para combatirlo. Con referencia a los medios, hay multitud de casos a lo largo de los enfrentamientos y campañas que pueden servir de ejemplo a esta realidad, siendo uno de los más espectaculares los avances alcanzados por Alemania tras la Primera Guerra Mundial. La firma del Tratado de Versalles, en junio de 1919, implicó para Alemania no solo su desmembramiento territorial y la aceptación de una elevada deuda de guerra, sino un desarme casi total del ejército y la flota. Además, debió desmontar la totalidad de su industria de armamento. Pese a ello, trabajando a hurtadillas y con la explotación de sus recursos naturales y tecnologías, fue capaz de crear, en muy pocos años, el ejército más potente jamás visto hasta la fecha y ser verdaderamente un país puntero en todas las ramas y armas con la aportación de grandes adelantos en la aviación, la guerra naval, el combate terrestre, los primeros misiles de 34  REVISTA EJÉRCITO • N. 905 SEPTIEMBRE • 2016 largo alcance y los adelantos suficientes para la consecución del arma atómica, que más tarde fueron aprovechados por los norteamericanos en sus ataques sobre Hiroshima y Nagasaki. El estudio de las capacidades de los medios propios y su comparación con los del enemigo debe, además, incluir: su capacidad de desarrollo industrial y tecnológico, los recursos a su disposición, las alianzas a las que pertenece, los ocultos tratos comerciales y las posibilidades que tengan para burlar todo tipo de bloqueo o prohibición. Sorprendentes han sido los recientemente descubiertos avances alcanzados por Irán y Corea del Norte, quienes, a pesar de los embargos, bloqueos y prohibiciones internacionales, han sido capaces de lograr ciertos desarrollos en armamento variado, misiles de largo alcance e intercontinentales y con respecto a la posible fabricación del arma nuclear. Los avances tecnológicos, los nuevos combustibles y el grado de precisión y alcance de los actuales misiles, el empleo de eficaces y cada vez más destructivos drones o UAV, la ciberguerra y las posibilidades de las redes sociales como elemento de comunicación rápido, eficaz y difícilmente detectable en muchos casos son herramientas que pueden suponer grandes ventajas y posibilidades para la resiliencia de un enemigo considerado menos potente o poco preparado para la guerra convencional. La capacidad de resiliencia propia también debe ser tenida en consideración por nosotros mismos. Ello nos dará una clara visión de nuestra capacidad de reacción y recuperación en todos y cada uno de los aspectos hasta ahora estudiados y debe completarse con el conocimiento del verdadero apoyo y soporte de nuestros pueblos ante campañas que, indudablemente, supondrán lo que W. Churchill anunció al principio de la Segunda Guerra Mundial: «Sangre, sudor y lágrimas». Desconocer lo que piensan al respecto o no estar respaldados por un pueblo dispuesto a estos y otros sacrificios supondrá un hándicap para un dirigente que ose entrar en una contienda aunque sea contra un enemigo «aparentemente» mucho más débil o peor preparado. Como consecuencia de todo lo anteriormente expuesto, considero que la resiliencia posee


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