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TIERRA DIGITAL 32

Nacional Saki recuerda que se despertó a la mañana siguiente en el Hospital Militar de Las Palmas. «Fueron dos tiros limpios, por lo que rápidamente regresé junto a mis compañeros», aclara. Estos recuerdos tampoco son ajenos para el legionario Abraham García, encuadrado en aquellas fechas en la 4ª Compañía. Cree recordar cómo el páter ayudó a Saki cuando éste fue alcanzado. Mantiene un recuerdo triste de lo que ocurrió: «A veces pienso que, los que sobrevivimos a aquello, no hicimos lo suficiente». No obstante, reconoce que no mucho más se pudo hacer por los primeros emboscados. «Los que entraron en la sahia fueron abatidos y los que aún estábamos en el llano, éramos barridos constantemente, el movimiento casi se hacía imposible». Al quedarse sin munición, Abraham García se puso de lado para desenvainar el machete ante un posible cuerpo a cuerpo. En ese instante se dio cuenta de que su rostro estaba ensangrentado: «No me dolía nada, así que no presté atención; al día siguiente pude ver que sólo era una herida en la barbilla». La falta de medios y de hombres se compensó con la actitud heroica de los que estaban allí. Todos los supervivientes coinciden en señalar el sacrificio de los que murieron, especialmente el del brigada Fadrique y el caballero legionario Maderal, ambos fallecidos mientras facilitaban el repliegue del resto de sus compañeros. 45


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