Page 88

ARMAS Y CUERPOS 131

zo de primavera, en que los días duran lo mismo que las noches. Así pues, tenemos dos escalas de tiempo, una empleada para intervalos cortos de tiempo, los días, y otra para intervalos mayores, el año. Si queremos relacionarlas, necesitamos saber cuántos días tiene un año. Todo es muy simple, pero resulta que estos movimientos los dicta la naturaleza, y sucede que un año no tiene 365 días, ni tampoco 366, sino que tiene 365,2422 días, es decir, un nú-mero no entero de días, lo que complica algo el unir ambas escalas. Para empezar, vamos a suponer, por redondear, que un año tiene 365,25 días Si decimos que un año tiene 365 días, cada 4 años hemos eliminado 4 x 0,25 = 1 día, lo que ori-ginaría un desfase importante. Pues bien, en la antigüe-dad esto se sabía y, por ejemplo, en Roma los sacerdotes añadían días extras de vez en cuando, a veces de manera algo anár-quica. En tiempos de Julio César, se pone orden y se defi ne el año juliano, ba-sado en tres años de 365 días y un cuarto llamado bisiesto de 366 días, que se hace coincidir con los múltiplos de cuatro. Con esto, en prome-dio el año juliano tie-ne una duración de 365,25 días, bas-tante aproximado a la realidad, ú n i c a m e n te hay un des-fase por exce-so 88 Armas y Cuerpos Nº 131 de 0.0078 días por año, o lo que es lo mismo, se ha introducido un día más cada 128 años. Aunque la diferencia parece pequeña, según van pasando los años, van acu-mulándose días que modifi can de modo importante la distribución de ciertas efemérides en los calenda-rios e incluso los comienzos de las estaciones. Esto sucedía con la fecha de la Pas-cua de Resurrección. Dado que, según los Evangelios, Jesús se desplazó a Jeru-salén a celebrar la Pascua judía justo antes de su crucifi xión y el calenda-rio judío es fundamentalmente lunar, en el siglo XVI se percataron que había una diferencia de unos 10 días entre la celebración de la Pascua judía con la Pascua de Resurrección cristia-na, que en el I Con-cilio de Nicea (325) se de-cidió que se celebraría el primer domingo posterior a la primera luna llena después del equinoccio de prima-vera. En 1582 habían transcurrido 1257 años desde el Concilio de Ni-cea, lo que suponía un des-fase de 10 días, por lo que a instancias del astrónomo Joseph Justus Scaliger, el Papa Gregorio XIII ordenó cambiar el calendario en lo que se conoce como Reforma Gregoriana, de modo que se eliminaban 10 días del calen-dario, haciendo que al jueves 4 de oc-tubre de 1582 le siguiese el viernes 15 de octubre de 1582 y, además, para dar mayor estabilidad al calendario, se dictaminó que serían bisiestos todos los múltiplos de cuatro, excepto los últimos años de siglo, es decir, los que acaban en 00,


ARMAS Y CUERPOS 131
To see the actual publication please follow the link above