Page 91

ARMAS Y CUERPOS 131

Armas y Cuerpos Nº 131 91 La España del siglo XIX fue una España en una convulsión permanente. Un pequeño repaso de las guerras en las que se vio involucrada nos ayuda a entender lo turbulento del periodo: Guerra de la Independencia, tres guerras carlistas, guerras de emancipación, guerras cantonales, Cartagena, Cochinchina, Pacífi co, Marruecos, Revolución de 1868 “La Gloriosa”, guerras de Cuba y Filipinas, guerra hispano-americana, etc., además de cerca de 2 000 pronunciamientos, jalonaron los años del siglo. A lo largo de los diez años que funcionó, la Academia General tuvo tres directores: los generales José Galbis y Abella, Pedro Mella y Montenegro y Manuel de la Cerda y Gómez Pedroso. Los tres con el mismo coronel jefe de estudios, Federico Vázquez Landa, apodado “el alma de la General”. Estos cuatro mandos fueron hombres de armas. Todos tuvieron experiencia en combate y todos se conocieron en los diversos lances en los que participaron. Dos de los generales, Galbis y Mella, por ejemplo, cuando fueron teniente coronel y comandante respectivamente compartieron destino en el Estado Mayor Central del ejército en 1873, en tiempos de la 1ª República cuando los encuentros armados entre compatriotas fue una constante. Corpus La formación unifi cada de los que iban a ser ofi ciales y jefes de las armas del ejército de Tierra, comenzó en la ciudad de Garcilaso de la Vega en el temprano año de 1883 ocupando las instalaciones del Alcázar de Toledo, dónde se encontraba cumpliendo con su misión docente la Academia de Infantería. Fue mediante un Real Decreto del 20 de febrero de 1882 fi rmado por el ministro de la Guerra Arsenio Martínez Campos y refrendado por S.M. el rey Alfonso XII. El presidente del Gobierno era el riojano Práxedes Mateo Sagasta, del partido Liberal. Pero no era esta la primera vez que se intentaba en España unifi car la enseñanza militar. Antes hubo otras cinco ocasiones que, por un motivo u otro, no llegaron a buen fi n. Uno de los éxitos de la Academia General naciente “fue disminuir las tensiones seculares que habían enturbiado la relación entre las Armas Generales infantería y caballería y los Cuerpos Facultativos artillería, ingenieros y estado mayor”1. La primera promoción de caballeros alumnos ingresó en el otoño de 1883. Fueron 250, de los más de seiscientos presentados, los que superaron las pruebas de ingreso realizadas el 15 de julio de ese año, más otros 24 admitidos como “plazas de gracia”, esto es plazas para los huérfanos de mili-tares muertos en campaña y que sus califi caciones fueran de aprobado. La uniformidad del caballero alumno era pantalón rojo y guerrera azul con doble fi la de botones, semejante al que se usa en la actualidad denominado de “época”, aunque para la vida interior de la Academia usaban la polaca2 gris. Sección de clase


ARMAS Y CUERPOS 131
To see the actual publication please follow the link above