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Mi ansia de ser militar en la Armada T BIP 21 ¡ odo comenzó sobre el año 1986 en una visita al portaaeronaves Dédalo, que se encontraba en la ciudad de Vigo; tenía entonces seis años. En aquella época vivíamos en la calle San Francisco, en la ribera, cerca del puerto comercial y deportivo de esta ciudad. Mi padre había sido voluntario especialista destinado en este buque durante tres años, y nos dijo a mi hermano y a mi «voy a llevaros a ver el portaaeronaves Dédalo, el buque insignia de la Armada». Y así lo hizo. Nos estuvo enseñando el buque, tanto el interior como el exterior; y allí, en la cubierta de vuelo, recuerdo que vimos varios tipos de helicópteros y los aviones Harrier —o «matador» como así los llamaba mi padre— y yo salí alucinada por todo ello. Mis padres siempre me recuerdan que cuando terminamos la visita, en el último escalón del portalón les dije que ya sabía lo que quería ser de mayor: «militar de la Armada». Ellos se reían y me decían que no podía ser, ya que aún no se admitían mujeres en las Fuerzas Armadas. Ese día estuve llorando toda la tarde... A partir de entonces cada vez que atracaba algún buque gris, daba igual de qué país fuera, yo estaba allí para hacer fotos con cámara en mano. Ya con ocho años mi padre nos llevaba a un Club de Tiro en Pontevedra, y lo primero que nos enseñó fueron las normas de seguridad. Recuerdo que era como un ritual, las teníamos que repetir de memoria antes de tirar con armas de aire comprimido. Allí empezamos a competir en la categoría de Junior. Después, ya con más edad, lo hicimos con el calibre 22, y utilizábamos una COLT woodsman prestada por el propio club de tiro; y a los 18 años pudimos sacarnos la licencia y nos regaló un arma, una Hammerli 280, que me llevó a ganar varias competiciones en distintos años en la modalidad estándar damas; que combina precisión y duelo. Más adelante me compró una CZ nueve milímetros, con la que compito en la actualidad en recorridos de tiro, escopeta, carabina; un Wincherter de palanca, utilizado en la segunda mitad del siglo XIX, y que se le conoce en Estados Unidos como «el arma que conquisto el Oeste», y que es una de mis favoritas; un rifle y armas de avancarga. Poco después saqué la licencia de Juez y Árbitro de Tiro Olímpico y de IPSC (International Practical Shooting Confederation). Poco a poco comencé a tirar en IPSC «recorridos de tiro y tiro policial», que es una modalidad muy distinta para Maniobra de petroleo en la mar, Blas de Lezo.


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