La faja roja Orígenes y signifi cado del distintivo militar español más conocido1 Antonio Manzano Teniente coronel de Infantería Doctor en Humanidades En la batalla era y es absolutamente necesario distinguir al amigo del enemigo y, por esta razón, ya en la remota antigüedad aparecieron diversas soluciones: la más económica sería llevar un distintivo personal visible, reconocible, a distancia del tiro; y la más cara –y representativa, institucional-, vestir al conjunto de las tropas de modo característico. A lo largo de la Edad Media española las pequeñas guardias reales y las tropas privadas más selectas de los nobles más poderosos – como, por ejemplo, las del condestable Lucas de Iranzo en 1458- recibían de éstos prendas de vestir uniformes, cuyo corte y colorido peculiares permitían identifi carlas. El resto de las tropas vestía con su ropa civil y usaban, como distintivo típico, cruces cosidas en el delantero, expresión de lo que, en términos españoles, fue el proceso de la Reconquista. En el Renacimiento, en las continuas guerras que había entre los diferentes reinos y estados europeos, se puso de moda una nueva manera de distinguirse: una pieza ancha de tela de un 40 Armas y Cuerpos Nº 134 color determinado anudada cruzando el pecho o alrededor de la cintura. Desde que en Edad Media española apareció la heráldica, el color rojo fue el más utilizado como, por ejemplo, en los escudos de los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra, y en otros muchos escudos personales, enseñas, vestiduras y adornos. Con estos antecedentes lejanos, llevar la faja o la banda de color rojo expresaba el ser soldado español, como nos refi ere Calderón de la Barca en su obra publicada en 1664 ‘Afectos de odio y amor, 1ª jornada’. En esta trama, la reina Cristina reclama: “Socorred, socorred presto a aquel soldado a quien vida, honor y libertad debo; aquel de la banda roja”. Y pregunta al soldado Casimiro: “¿De
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