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MEMORIAL DE CABALLERIA 83

Doctrina, Táctica y Operaciones y, al mismo tiempo, con una capacidad de transmisión de datos con unas consecuencias tanto en C2 como en ISTAR que requieren reflexión y decisión puesto que, esas capacidades, tendrán una importancia trascendental en las tácticas, técnicas y procedimientos sobre reconocimiento y vigi-lancia. En segundo lugar, las acciones de cooperación están constituyendo una válvula de escape para lo que, hasta ahora, constituye la principal preocupación del regimiento: su integración en el Plan de Disponibilidad en misiones en el exterior. Las unidades que no pertenecen a la orgánica de una brigada presentan alguna dificultad más en cuanto a su encaje en estos ciclos, pero es de suponer que la solución sea inminente. De momento, la asistencia militar en Senegal y Mauritania son ya un hecho y distintos equipos han realizado ya sus acciones formativas en tiro de morteros, tiradores de precisión, formación topográfica. Empleando el casticismo reconfortante «algo es algo». Por otra parte y más allá de los aspectos puramente tácticos que, sin duda, son la esencia puesto que nos debemos totalmente a la eficacia en el combate, están los aspectos espirituales, de visibili-dad y de acceso al mando, que siguen de cerca a los anteriores. El análisis a vuelapluma de la nueva orgánica de la Caballería en el Ejército refleja un pro y una contra: tenemos grupos en todas las brigadas pero... hemos perdido nuestra única brigada. Dentro del ámbito de FUTER, somos la única Arma que no tiene la figura de un oficial general bajo su dependencia directa: MING, MATRANS, MACA, MAAA, MOE lo tienen. Sería un poco ingenuo pensar que todo el Ejército busca el bien común como único objetivo..., no. Es humano, lógico y, sobre todo, «es», que el espíritu de Arma tiende a favorecer, aunque sea ligeramente, sus propios intereses en misiones en el exterior, en materiales, en dotación económica y que, dentro de una justicia que «nada tiene que esperar del favor ni temer de la arbitrariedad», se convive con intere-ses parciales relacionados con ese Arma o la especificidad de alguna de sus unidades. La posición del regimiento España le obliga a despachar, a proponer, a informar constantemente, día a día con FUTER o con el propio GEFUTER. Eso, queramos verlo o no, es una oportunidad para el Arma que tampoco deberíamos desaprovechar. Soplan de nuevo vientos de Armas Acorazadas que susurran en nuestros oídos que la poliva-lencia es solo un paso previo; que a lo lejos se oyen tambores de cambio en retumbar creciente... puede. Puede, pero no está aquí. El Arma Acorazada es un tema inagotable y también agotador que tendrá que estudiarlo quien corresponda, o yo mismo si me corresponde, pero ahora estamos todavía con las lanzas en pie. El simple hecho de perder parte de nuestras tradiciones y la tota-lidad de nuestro nombre, a mí me produce un cierto respingo pero no quiero entrar ahora en este tema. Donde sí tenemos que entrar, es en percibir que el España tiene algo más que aportar en su orgánica mientras sigamos siendo Caballería. Más allá de sus novedades tácticas, el España tiene que asumir cierto liderazgo de Arma que le convierta en faro para el resto de unidades, hacerse con las riendas y ser consciente de que su papel está un paso más allá del de ser un regimiento meramente de combate (siendo esto lo más importante, al igual que el resto de los regimientos hermanos). Ahora ya es demasiado tarde y no se puede corregir la decisión de 2015 de entregarme el mando de este regimiento, pero no sería errado pensar en que el próximo coronel del regimiento no será solo el jefe de un regimiento y que, entre los candidatos, se habrá de buscar un perfil adecuado capaz no solo de mandar un regimiento, sino de representar en su ámbito a la Caballería, de la que será su cabeza visible. Este «espléndido aislamiento» al modo inglés del s. XIX, supone una gran indepen-dencia pero también entraña una falta de paraguas y una cierta «desprotección»; supone una mayor trascendencia de la palabra, de las propuestas... o de los errores que, en próximos relevos, deberán ser asumidos por una personalidad con carisma y liderazgo adecuados. El «España» de siempre, el de tantas décadas y avatares que superan los tres siglos y medio, lleva toda su carga histórica y el peso añadido de la imponencia de su nombre, pero también tiene ahora un horizonte nuevo. Es el nuevo «España» que, entre todos, tenemos que definir y apoyar. 64 Memorial de Caballería, n.º 83 - Junio 2017


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