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BOLETIN IEEE 6

1059 alianzas/equilibrios internacionales; presencia de variables geopolíticas y geoeconómicas interpuestas, etc.) el actor que plantea esa amenaza podrá optar por sustanciarla a través de dinámicas de GZ o bien, en casos más excepcionales (pero no completamente descartables) a través de una «Open Warfare». Ahora bien, si el diagnóstico de nuestro epígrafe 2.1., es correcto, esa «Open Warfare» será una HW con mayor probabilidad que una guerra convencional29. De este modo, el concepto capaz de abrazar tanto a la GZ como a la HW sería, efectivamente, el de «Hybrid Threat». Lo haría a modo de preámbulo (potencialmente igual) para unas y otras. Un preámbulo que, a su vez, operaría como marco y como detonante o advertencia. Pero ello no obsta a que, en sí mismos, los conceptos GZ e HW mantengan su propia idiosincrasia. Y esa será la línea en la que perseveraremos en los párrafos siguientes. Por lo tanto, la inmensa mayoría de los expertos consideran que la GZ se opone, ya sea a la existencia de una «Open Warfare» —con independencia del tipo de guerra de la que estemos hablando— (es el caso de Chambers, Koven30, Echevarría31 o Freier32), ya sea a la existencia de una «Overt Warfare» (caso de Mazarr33, Brands, o Votel et aler34). Esto es así, precisamente, para evitar las implicaciones de todo tipo (políticas, diplomáticas, jurídicas, económicas, sociales, etc.) de derivar hacia una guerra abierta. En todos los casos, la GZ supone que no estamos en una HW, puesto que —por definición— una HW incorpora ingredientes propios de una guerra convencional, ya sea por el carácter abierto (o parcialmente abierto) del enfrentamiento armado, ya sea por el tipo de armas y tácticas desplegadas. No obstante lo cual, a partir de esta primera aproximación al concepto, planteada a sensu contrario, queda igualmente claro que la doctrina mayoritaria asume que la GZ no es incompatible con la existencia de 29 De hecho, Chambers apunta que la HW de Hoffman sería un ejemplo típico de «Open Warfare» deducible de la presencia de una «Hybrid Threat» inicial (Chambers, op. cit., p. 22). 30 KOVEN, Barnett S. The Conflict of Donbas between Gray and Black: The Importance of Perspective. Baltimore: National Consortium for the Study of Terrorism 2016, p. 2. 31 En la opción asumida por Echevarrí, porque él centra las dinámicas propias de la GZ en la «pre-war phase of conflict» (op. cit., p. 25). 32 Freier termina excluyendo de la GZ lo que él define como «warlike violence» (op. cit., p. 33). 33 Mazarr alude a la GZ como el espacio conceptual en el que no se da un «overt use of military force» (op. cit., pp. 2-3). Nótese que, por lo tanto, sí se puede dar un uso encubierto de la misma. Más adelante afrontaremos la cuestión de «cómo» operar en la GZ. 34 Joseph Votel et alter, admiten, en un contexto de GZ, las operaciones «covert or clandestine» que, en algunos casos, podrán o deberán ser realizadas por militares. Pero insiste en que incluso las operaciones COIN o, directamente, antiterroristas, son operaciones que ya van más allá de la GZ (vid. Joseph Votel & Charles T. Cleveland & Charles T. Connett & Will Irwin. «Unconventional Warfare in the Gray Zone». Joint Forces Quarterly, 80 (1), 2016, p. 102). bie3 ,ĂĐŝĂƵŶĂĚĞĨŝŶŝĐŝſŶĚĞůĐŽŶĐĞƉƚŽͨ'ƌĂLJŽŶĞͩ;'Ϳ :ŽƐĞƉĂƋƵĠƐYƵĞƐĂĚĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞ/ŶǀĞƐƚŝŐĂĐŝſŶ ϬϮͬϮϬϭϳ ϭϱ


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