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1062 mediante otros instrumentos. La razón de ser de la GZ remite, por consiguiente, a «warlike aims»41, «wartime-like objectives»42 o «campaigns characteristic of warfare but without the overt use of military force»43. Esos fines equiparables a los propios de una guerra se extienden, según algunos analistas, a la provocación de cambios de régimen44. En cualquier caso, existe un amplio consenso al considerar que cualquier concepto de GZ que pretenda ser útil deberá incluir no solo reflexiones concernientes a los medios a emplear, sino también a las metas a alcanzar. Los unos sin los otros difícilmente pueden recibir la catalogación de GZ. Por todo lo visto anteriormente, la GZ constituye un concepto distinto de los que se vienen empleando hasta la fecha. Eso no es óbice para que la realidad a la que se alude se haya venido produciendo desde hace años, o siglos. Pero la relevancia del fenómeno obliga a codificarlo de un modo expreso, a fin de facilitar su análisis teórico y, llegado el momento, la puesta en marcha de mecanismos para combatir sus efectos. Aunque una mirada más incisiva puede incluir la conveniencia de aprender de lo acaecido hasta la fecha para de ese modo generar nuevas zonas grises en beneficio propio. Cabe destacar, en fin, que de todos los conceptos al uso, uno de los que más se acercan al de GZ es el de «Political Warfare». Una vieja idea que fue bastante trabajada durante la Guerra Fría y que podría volver a la palestra, precisamente debido a dicha proximidad con la GZ45). Actores de la Gray Zone La generación de zonas grises ha sido vinculada en primera instancia a Estados. Sobre todo a Estados «revisionistas» o, más cocretamente, «moderadamente revisionistas»46 41 FREIER, op. cit., p. 33. 42 ECHEVARRÍA, op. cit., p. 13. 43 MAZARR, op. cit., p. 2. 44 VOTEL, op. cit. p. 107 y Mazarr, op. cit., p. 91 45 Votel et al. se cuentan entre quienes consideran que la Guerra Fría fue una inmensa GZ, cuya vigencia se prolongó durante cerca de 45 años y que terminó con la implosión de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia, sin necesidad de que estallara una guerra abierta entre las dos superpotencias. Pero sin negar que en alguna ocasión –v. gr. la crisis de los misiles en Cuba– se estuvo cerca de ello (Votel et alter, op. cit., p. 102). Por su parte, Mazarr es muy explícito en este aspecto: «Gray Zone conflict is political warfare to a great degree». Asimismo, cita a Kennan como fuente de autoridad, cuando hace décadas su precursor ya aludía (sin citarlas, claro está, como GZ) a las «measures short of war» adoptadas en la Guerra Fría (Mazarr, op. cit., pp. 48-49). 46 Mazarr alude a Estados «measured revisionists» o incluso (más específicamente) «partially satisfied» (op. cit., p. 18), ya que en caso de que ese revisionismo sea más acuciante o más profundo es posible bie3 ,ĂĐŝĂƵŶĂĚĞĨŝŶŝĐŝſŶĚĞůĐŽŶĐĞƉƚŽͨ'ƌĂLJŽŶĞͩ;'Ϳ :ŽƐĞƉĂƋƵĠƐYƵĞƐĂĚĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞ/ŶǀĞƐƚŝŐĂĐŝſŶ ϬϮͬϮϬϭϳ ϭϴ


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