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BOLETIN IEEE 6

1068 conocimiento del contexto (geográfico, sociológico/humano e histórico) en el cual se genera la GZ61. El otro gran bloque de actividades tiene que ver con las medidas de presión económica y financiera. De nuevo, nos encontramos ante ingredientes tan usuales que constituyen sendos aspirantes a formar parte de la definición de la GZ. Puede tratarse de medidas tendentes a erosionar la legitimidad de los actores presentes en la GZ o bien a beneficiar selectivamente a alguno de ellos. Es decir, pueden abarcar desde sanciones hasta subvenciones, probablemente amparadas en la legalidad interna e internacional; asimismo pueden incluir desde la negación de créditos hasta la concesión de ayudas en condiciones más favorables a las del mercado. Tampoco son extraños a esta lógica los cortes de suministros de productos tan relevantes como las fuentes de energía (o la mera amenaza de llevarlos a cabo) así como la manipulación de sus precios62. Claro que para maximizar la eficacia de estas medidas, es fundamental su conexión (y su coherencia) con las apuntadas en los párrafos anteriores, referentes a la construcción y divulgación de narrativas capaces de seducir a sus receptores. En algunos casos esta «guerrilla económica» puede ser potenciada mediante el concurso de otros actores (esta vez, no estatales). Cabe destacar las redes de delincuencia organizada afines (o, cuanto menos, con potencial para identificar intereses compartidos). Su ámbito de actuación cubre, a su vez, un continuum que abarca desde la mera alteración artificial de los precios, hasta la realización de pequeños actos de sabotaje, pasando por la manipulación de los canales de suministro de bienes y servicios (algo especialmente útil cuando comienza a notarse la escasez y la consiguiente carestía de los mismos), a lo que debe añadirse la capacidad de estas redes para condicionar e intimidar a la población local63. Pero también pueden llegar a ser empleadas para cubrir fines similares las ONG afines (o, de nuevo, con potencial para identificar intereses compartidos). Una vez más, la infiltración entre la ciudadanía, 61 Es importante destacar este aspecto para no confundir lo que estamos indicando con las meras campañas de comunicación, aunque se las defina como comunicación estratégica (vid. Mazarr, op. cit., p. 119). 62 V. gr. Freier, op. cit., p. 41, refiriéndose a modo de ejemplo a la capacidad rusa para presionar a través de los precios de los hidrocarburos que llegan a Europa occidental a través de Ucrania. 63 CHAMBERS, op. cit., p. 20. Nótese que se trata de un elemento compartido por las definiciones de HW. Lógicamente, el hecho de que exista participación activa de la delincuencia organizada es insuficiente para calificar un escenario como GZ o como HW. El veredicto dependerá del resto de ingredientes (sobre todo, de los que tienen que ver con que se haya entrado, o no, en una fase de guerra abierta). bie3 ,ĂĐŝĂƵŶĂĚĞĨŝŶŝĐŝſŶĚĞůĐŽŶĐĞƉƚŽͨ'ƌĂLJŽŶĞͩ;'Ϳ :ŽƐĞƉĂƋƵĠƐYƵĞƐĂĚĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞ/ŶǀĞƐƚŝŐĂĐŝſŶ ϬϮͬϮϬϭϳ Ϯϰ


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