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BOLETIN IEEE 6

107 el descrédito del comunismo en todo el mundo, incluso en los Estados que todavía se presentan como repúblicas populares de inspiración marxista. Hoy ser comunista es solo una forma distinta de hacer negocios. La guerrilla colombiana hace mucho tiempo que dejó de ser lo que fue y lo que fueron tantas y tantas guerrillas iberoamericanas. Las FARC dejaron de ser un movimiento insurgente marxista leninista en los años noventa para convertirse poco a poco en el mayor cartel de la droga del mundo. La metamorfosis se hizo sin cambiar de nombre y sin renunciar a la cobertura ideológica marxista que le permitía justificarse e incluso mantener la simpatía de muchos nostálgicos de los viejos buenos tiempos de juventud, cuando el sueño de la revolución comunista parecía estar al alcance de la mano. Las FARC dejaron de ser, hace mucho tiempo, una guerrilla, que pretendía liberar a la nación de la opresión de una dictadura militar o de una oligarquía, para convertirse en algo diferente. Las FARC son una narco guerrilla que ha controlado durante más de 25 años parte del territorio colombiano. Colombia desde hace mucho tiempo y desde luego desde la constitución de 1991 es una república democrática. El artículo primero de su constitución dice que «Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general». Por lo tanto, las FARC no es un anacrónico residuo de la Guerra Fría sostenido por la injusticia de un régimen represor que niega los derechos políticos y sociales a los ciudadanos para sostener los intereses de una clase privilegiada. Las Fuerzas Armadas colombianas son una institución sometidas al control político y que actúan en defensa de la legalidad de la República de Colombia combatiendo a diferentes grupos criminales, que sostenidos por los inmensos recursos que proporciona el negocio del narcotráfico controlan parte del territorio de la República. Los crímenes contra los miembros de Unión Patriótica, movimiento político en el que participaba el Partido Comunista Colombiano, durante la década de los ochenta son un capítulo más, importante sin duda, de la historia de violencia en el país. En aquellos años cerca de 3.000 militantes de UP fueron asesinados por los paramilitares y los narcotraficantes. Esa etapa de persecución criminal de los líderes comunistas se acabó. Más adelante, el Partido Comunista Colombiano se integró en la coalición bie3 ZĞůĂĐŝſŶĞŶƚƌĞĐŽŶĨůŝĐƚŽLJƉŽƐĐŽŶĨůŝĐƚŽ͗ŽůŽŵďŝĂLJůŽƐĂĐƵĞƌĚŽƐĚĞƉĂnj ŶĚƌĠƐ'ŽŶnjĄůĞnjDĂƌƚşŶ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϮϱͬϮϬϭϳ ϰ


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