1184 Dentro de los distintos tipos de ideologías existentes, destaca por encima de todas la democracia. El principio democrático asume la democracia como una ideología que consagra la libertad, la justicia, la igualdad, el pluralismo político y el reconocimiento de los derechos de los ciudadanos y consigna que aquellas ideologías que puedan considerarse democráticas, tienen como objetivo aportar orden y estabilidad, buscar un equilibrio, que se ve interrumpido cuando determinadas ideologías evolucionan hacia un contexto radical o violento, o se basan en un ideario extremista o no democrático. Las ideologías radicales resultan de gran utilidad para aquellos individuos que buscan justificar determinadas transgresiones morales, sociales, políticas, etc. Este tipo de doctrinas, requieren un marco justificativo de actuación, facilitando la movilización de masas y la discriminación del resto de ideologías no compatibles con sus ideales radicales. Estas ideologías violentas o radicales pueden tener distinta fundamentación, ya sea nacionalista, religiosa, racista o supremacista, entre otras. Tal y como se ha expuesto anteriormente, estas ideologías radicales y no democráticas se destacan por abogar por la desigualdad entre los ciudadanos, la supremacía de los individuos que propugnan dicha ideología sobre el resto de la comunidad y el no respeto a los derechos de los demás. Cabe destacar, que los sujetos que defienden de forma acérrima este tipo de ideologías extremistas, representan una parte minoritaria de población, lo que denota el alcance limitado de las mismas, si bien, en el caso de prosperar sin la intervención necesaria, su impacto sobre las sociedades democráticas puede ser demoledor, como en el supuesto del Estado Islámico o DAESH. Los procesos de radicalización Cuando hablamos de ideologías radicales o extremistas, hay que destacar el papel que juegan los procesos de radicalización en su evolución. Si bien es cierto, que debido a su mayor repercusión se ha perseguido con mayor atención la radicalización violenta, debemos destacar el papel que juega la radicalidad cognitiva, que antecede a la radicalización violenta, aunque no siempre derive en ella. Al bie3 'ƌƵƉŽƐŵŝůŝƚĂŶƚĞƐĚĞŝĚĞŽůŽŐşĂƌĂĚŝĐĂůLJĐĂƌĄĐƚĞƌǀŝŽůĞŶƚŽ͗ŶƵĞǀĂĐůĂƐŝĨŝĐĂĐŝſŶ ĞŝĚĞŶƚŝĨŝĐĂĐŝſŶ ƌŝƐƚŝŶĂhŶĂŵƵŶŽ:ŝŵĠŶĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞ/ŶǀĞƐƚŝŐĂĐŝſŶ ϬϴͬϮϬϭϳ ϱ
BOLETIN IEEE 6
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