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BOLETIN IEEE 6

182 abierto un espacio en la arena política a los grupos armados120, planteando reivindicaciones y exigencias a través de organizaciones con la Pan-Niger Delta Forum (PANDEF). En el texto hemos observado que no solo la desafección política es causante de los conflictos armados, sino que prácticas como armar grupos de jóvenes adoptadas durante el Gobierno de Abacha o por élites regionales para conseguir apoyos políticos, ha introducido una cultura en el país que ha justificado el armar milicias como solución a conflictos sociales. La amnistía iniciada por el presidente Yar'Adua es un paso intermedio hacia el fin de esta cultura, sin embargo, como se puede observar, el conflicto continúa en forma de nuevos grupos armados, la práctica de desmovilización, desarme y reintegración (DDR) en el caso concreto del conflicto del delta adolece de haber incidido en muy bajo perfil en los pilares de desarme y reintegración. Como indica Isumonah la cantidad de armas ligeras en los años posteriores a la amnistía ha aumentado, utilizándose este armamento en contratos destinados a grupos como MEND o NDPVF121 para la protección de infraestructuras petrolíferas. Por otra parte, la diferencia entre las ayudas recibidas por los milicianos y el salario mínimo nigeriano es muy grande122, por lo que en la mayoría de los casos abandonar las ayudas por un trabajo no es una opción. En ese sentido la reintegración ha fallado123. Las Fuerzas Armadas y de seguridad nigerianas, a pesar de las grandes limitaciones de recursos a las que se enfrentan y su aparente insuficiencia de personal y preparación, hasta la fecha, han sido capaz de mantener la unidad territorial y soberanía. Capítulo aparte, sin duda, es su capacidad para limitar el impacto de las operaciones de las milicias sobre su maltrecha economía. La ausencia de actores externos tratando de influir en contra del propio Estado nigeriano, probablemente ha contribuido a que, a pesar de las limitaciones del mismo en su lucha por proteger los recursos, el conflicto no se haya deteriorado aún más. Así pues, podemos concluir que en el conflicto del delta del Níger, se replican las condiciones que, como consecuencia del análisis planteado en el documento «Nigeria, 120 SANTÉ ABAL, José María. «Nigeria elenco de conflictos. Diagnóstico de sociedad (I)». P. 20. 121 OJELEYE. Opus cit., p. 149. 122 ISUMONAH, Adefemi. «Armed society in the Delta Niger». Opus cit., p. 332. 123 Ibídem, p. 147. bie3 EŝŐĞƌŝĂ͕ĞůĞŶĐŽĚĞĐŽŶĨůŝĐƚŽƐ͘>ĂŝŶƐƵƌŐĞŶĐŝĂĞŶĞůĚĞůƚĂĚĞůEşŐĞƌ José Mª Santé Abal y Miguel Romero del Hombrebueno Casado ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϮϳͬϮϬϭϳ ϮϮ


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