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BOLETIN IEEE 6

198 Conclusión Lo más probable es que para el otoño de 2017 se haya completado la derrota convencional del autoproclamado Estado Islámico y se de paso a una nueva etapa en los conflictos de Oriente Medio. Tras la toma de Mosul (2) y el avance definitivo hasta la frontera siria (8), Irak podrá dirigir su atención a la estabilización interna y a combatir las redes encubiertas del yihadismo radical. EE.UU. tendrá que empeñarse seriamente para que las tribus árabes suníes no queden excluidas del nuevo panorama político, lo que es igualmente esencial tanto para el futuro político del país, como para derrotar al yihadismo. Especialmente sensible será el acomodo de las aspiraciones kurdas después del importantísimo papel jugado en la victoria militar y dado el extenso territorio que sus milicias ocupan. La partición del país podría desencadenar tensiones aún mayores y contaría con la oposición más absoluta de Turquía. En Siria el panorama está todavía más encapotado. Tanto EE.UU. como la Unión Europea saben que la prolongación de la guerra en Siria resultaría muy perjudicial, le daría aire al yihadismo tras la derrota convencional del EI, permitiría que continuara la presión migratoria hacia Europa y retrasaría la reconstrucción política y material del país, hoy completamente arruinado. No obstante, para poder avanzar en aquella línea es necesario algún tipo de entendimiento con Putin. La desaparición de al Asad del poder no es un obstáculo insalvable siempre que eso no debilite la posición rusa. Moscú no cederá sin obligar a Washington a esgrimir algún gesto de acercamiento hacia ella y sin contrapartidas en la frontera oriental de la OTAN. Turquía, que tiene la capacidad de contaminar el proceso de pacificación, presionará para que los kurdos de Siria queden debilitados o ella misma reciba importantes concesiones territoriales en Siria. Israel ve con gran preocupación el fin de la guerra porque devolverá a Hezbolá al Líbano y permitirá al radicalismo yihadista dirigir mayor atención hacia su país. EE.UU. tendrá que redoblar sus esfuerzos diplomáticos para dar garantías a Tel Aviv. Irán no permitirá ser excluido del proceso de pacificación sirio, lo que exigirá concesiones muy complejas por parte de Washington. Arabia Saudí vigilará todo el proceso y no se conformará sin que se satisfagan suficientemente las aspiraciones suníes en Siria e Irak. Estamos ante un cubo de Rubik geoestratégico con componentes militares, políticos, diplomáticos y económicos que solo se pueden resolver si los actores exteriores, bie3 ZƵƐŝĂLJ͘hh͕͘ĞŶĞůůĂďĞƌŝŶƚŽĚĞKƌŝĞŶƚĞDĞĚŝŽ :ŽƐĠWĂƌĚŽĚĞ^ĂŶƚĂLJĂŶĂ'ſŵĞnjĚĞKůĞĂ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞŶĄůŝƐŝƐ ϮϴͬϮϬϭϳ ϭϱ


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