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488 En medio de este caldo de cultivo —con la ya mencionada política distante de la Administración Obama en Oriente Próximo17— Israel no ha sufrido esa presión constante de antaño por parte de Estados Unidos y organizaciones internacionales por su estrategia de yugular los propósitos palestinos. Las potencias y los órganos intergubernamentales llevan centrados en otra partida que ya dura más de un lustro. Desde la unificación de Crimea —momento en el que se fracturó la estabilidad diplomática con Rusia— un eco de la Guerra Fría ha tomado la atmósfera global, donde encontrar la manera de contrarrestar la influencia de Putin ha llevado más tiempo de lo que se creía; igual que radicar la expansión del terrorismo yihadista del ISIS o de buscar una solución para los refugiados18. Todo ello sin dejar de mirar de reojo a unas guerras de Siria e Irak en las que el realismo político ya vaticinaba la obligación de intervención conjunta. El Gobierno israelí tiene nula intención de sentarse en la mesa de negociaciones con los representantes palestinos para hablar sobre un posible futuro Estado soberano19. Solo hay que analizar a cada uno de los miembros del Gobierno que ha formado Benjamin Netanyahu para intuir que no hay objeto de facilitar el programa de «los dos Estados» tan omnipresente durante otras legislaturas, y tan insistentemente defendido por las pretéritas Administraciones demócratas de EE.UU. Netanyahu no quiere sentarse a negociar por el beneplácito de un vecino que considera terrorista; quiere a un presidente de la Casa Blanca que ni se lo proponga, y si lo hace, espera tener la relación y unos acuerdos lo suficientemente consistentes para poder rechazar la propuesta con el mejor argumento revisionista. El tiempo está del lado israelí, y Netanyahu lo sabe. Es consciente de que mientras vaya aprobando el avance de los asentamientos paulatinamente no va a ponerse en jaque ante órganos internacionales o Donald Trump. El Gobierno demócrata fue duro 17 A pesar de que el Gobierno de Obama ha estado más centrado en el sudeste asiático, el secretario de Estado, John Kerry, intentó reanimar las conversaciones pero estas estaban frustradas desde el momento de iniciarse: el acercamiento entre Hamas y Al Fatah en 2013 supusieron un importante escollo por ambas partes para sentarse a negociar, ya que por el lado palestino Hamas continuaba con la idea de destruir el Estado de Israel. A partir de ahí todas las propuestas de paz morirían antes de nacer; más aún cuando un año después estallaría la operación Margen Protector. 18 La Unión Europea pactó en su momento un plan para la contención de refugiados sirios con Turquía. La ONU interviene –a través de ACNUR– en lo referente a los refugiados en Jordania, que alberga a casi un millón. El Líbano es también otro foco de concentración de refugiados. 19 En la rueda de prensa tras su encuentro con Donald Trump, Benjamin Netanyahu dio un discurso sobre el derecho del pueblo judío en la tierra de Israel. Además de asegurar que «no se sentaría a negociar hasta que los palestinos reconocieran el derecho del pueblo hebreo». bie3 /ƐƌĂĞůLJdƌƵŵƉ͗ĂůĂĞƐƉĞƌĂĚĞůĂĐƚŽƌĂŵďŝǀĂůĞŶƚĞ :ĂĐŽďŽDŽƌŝůůŽ>ůŽǀŽ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϰϳͬϮϬϭϳ ϴ


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