Page 500

BOLETIN IEEE 6

500 asentamiento de la tasawwuf (sufismo) a través de la multiplicación de escuelas coránicas por todo África Occidental y parte de África Central. Tradicionalmente, los lugares espirituales más importantes (Tombuctú, Djenné, Segou, Mopti, Nioro, Bandiagara o Kaolack) albergaban centros de estudios, la mayoría pertenecientes a una u otra rama del sufismo (tariqa), liderados por maestros coránicos a los que las familias confiaban la educación de sus hijos. En estas escuelas, los niños se impregnaban de los conocimientos básicos de la cultura islámica: desde la escritura, lengua y gramática árabes, hasta el aprendizaje memorístico de los versículos del Corán o los preceptos de la Sunna (jurisprudencia, reglas morales, cívicas y de vida religiosa), entre otras ciencias relacionadas siempre con el islam2. Según la escuela, la formación comportaba distintos niveles educativos, aunque no todos los alumnos terminaban sus estudios. Algunos solo completaban la fase de aprendizaje del Corán y sus enseñanzas; mientras que otros eran iniciados en el camino místico del sufismo hasta, finalmente, convertirse en maestros. Con el tiempo, esta enseñanza adquirió un enorme prestigio social y su manifiesta relevancia ha perdurado hasta nuestros días. No obstante, la estructura de las escuelas coránicas y la formación que en ellas se imparte también han sufrido una importante evolución derivada, entre otros factores, de la proliferación de distintos tipos de maestros y los disímiles niveles de conocimiento, de la coyuntura económica, de las migraciones o de la imbricación de la religión entre el poder estatal y las políticas públicas. Por todo ello, hoy encontramos en gran parte del África Subsahariana —Central y Occidental— una pródiga amalgama de enseñanza islámica, que varía según el devenir histórico del país o de la forma de inserción del islam entre su población. A partir de la década de los 50, otro factor reformador fue la intensa penetración en el continente africano de otras corrientes religiosas musulmanas sunís —especialmente el salafismo y el wahabismo— y chiís. Sin embargo, lejos de cambiar la estructura educativa tradicional, ambas ramas del islam —sunismo y chiismo— entraron en una competencia, que aún hoy sigue muy latente, para ganarse tanto el respaldo del poder político como la confianza de las sociedades africanas. 2 BA AMADOU, H. Vie et enseignement de Tierno Bokar. Le Sage de Bandiagara. Éditions du Seuil. París, 1980. bie3 >ĂƐͨĨĂůƐĂƐĞƐĐƵĞůĂƐĐŽƌĄŶŝĐĂƐͩLJůĂƚƌĂŐĞĚŝĂĚĞůĂĞdžƉůŽƚĂĐŝſŶŝŶĨĂŶƚŝůĞŶĨƌŝĐĂ ĞŶƚƌĂůLJKĐĐŝĚĞŶƚĂů WĂƚƌŝĐŝĂZŽĚƌşŐƵĞnj'ŽŶnjĄůĞnj:ĞƐƷƐşĞnjůĐĂůĚĞ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϰϴͬϮϬϭϳ ϳ


BOLETIN IEEE 6
To see the actual publication please follow the link above