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BOLETIN IEEE 6

924 religión. Poco a poco, los islamistas se convirtieron en la principal fuerza de oposición a regímenes autoritarios frecuentemente respaldados por Occidente, como en Egipto, Jordania e Irak. El contagio islamista también llegó a Irán, donde el sah era considerado un brutal tirano y una marioneta de Occidente. Muchos opositores leían a autores islamistas suníes como Sayyid Qutb y Abul-Ala Maududi, además del iraní Alí Shariati6, y apoyaron al ayatolá Ruhollah Jomeini cuando este volvió del exilio en febrero de 1979 para ocupar el poder. Jomeini había desarrollado una teoría política que denominó wilayat al-faqih, o «regencia del jurista islámico», que suponía una ruptura radical con el pensamiento clásico chií. Según la misma, el Gobierno debería estar en manos de un clérigo de alto rango, que sería la persona más capacitada para ejercer el poder según los preceptos del islam hasta el regreso del imán oculto7. Sin embargo, los islamistas afirman ser receptivos a la voluntad del pueblo, que presuntamente seguiría la ley de Dios por voluntad propia si pudiese tomar una decisión informada. Por ello, la República Islámica combina la teocracia con la democracia… aunque en la práctica, esta se limita a elegir entre candidatos aprobados por el régimen. A pesar del carácter chií de la República Islámica, su proclamación galvanizó a islamistas a ambos lados de la brecha sectaria. Jomeini no ocultó su intención de exportar la revolución por todo el mundo islámico, y criticó con especial dureza el Gobierno monárquico, que juzgaba contrario al islam. Por consiguiente, el nuevo régimen fue percibido como una seria amenaza ideológica por sus vecinos árabes, en particular aquellos con un porcentaje significativo de chiíes: Irak, Kuwait, Baréin y, en menor medida, Arabia Saudí. Los cuatro fueron escenario de graves alteraciones del orden, y ese fue un factor clave en la decisión de Saddam Hussein de atacar Irán en 1980, así como en el respaldo de las monarquías del Golfo a Irak durante los ocho años que duró la contienda. Por su parte, Arabia Saudí fue testigo de disturbios sin 6 Según el intelectual islamista de origen paquistaní Zafar Bangash, el actual líder supremo de la República Islámica, Alí Jamenei, tradujo las obras de Qutb al farsi. Véase su artículo «Sayyid Qutb on the jahili system». Crescent International, 1 de agosto de2013, en https://crescent.icitdigital. org/articles/sayyid-qutb-on-the-jahili-system. 7 Según los musulmanes chiíes, el imán oculto, Muhammad al-Mahdi, interrumpió el contacto con sus seguidores en el siglo X. Desde entonces los chiíes rezan para que regrese, creyendo que restaurará la pureza de la fe e instaurará la justicia en el mundo. Muhammad al-Mahdi era el imán número doce del denominado chiismo imaní, que es el mayoritario; por ello, también es conocido como chiismo duodecimano. bie3 ͎YƵĠƐĞĞƐĐŽŶĚĞƚƌĂƐůĂŐƵĞƌƌĂĨƌşĂĞŶƚƌĞƌĂďŝĂ^ĂƵĚşĞ/ƌĄŶ͍ ŶĂĞůĠŶ^ŽĂŐĞ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϳϭͬϮϬϭϳ ϱ


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