Page 927

BOLETIN IEEE 6

927 Árabe, que Teherán celebró como una continuación de su propio «Despertar Islámico». Los aliados tradicionales de Washington contemplaron con estupor cómo Obama abandonaba a Hosni Mubarak y se mostraba dispuesto a trabajar con su sucesor, el Hermano Musulmán Mohamed Morsi. Por otra parte, el presidente estadounidense solo ofreció un apoyo limitado a los rebeldes que se habían levantado en armas contra el dictador sirio Bashar al-Assad. Todavía peor, ignoró la implicación de Teherán en ese y otros conflictos y negoció un acuerdo nuclear que permitiría que Irán volviese a ser aceptado por la comunidad internacional. En estas circunstancias, el intercambio de visitas entre Morsi y Ahmadineyad en 2012-2013 (el primero entre presidentes de Egipto e Irán desde la Revolución Islámica) fue para Riad la gota que colmó el vaso. Arabia Saudí muestra los dientes EE.UU., no parecía ser el aliado de confianza de antaño, y Arabia Saudí reaccionó incrementando de manera exponencial sus importaciones de armas y poniendo en marcha una política exterior más agresiva para gestionar las repercusiones de la Primavera Árabe. Envió tropas a través del puente que une el país con Baréin para reforzar la monarquía suní de los Al Jalifa ante las reivindicaciones democráticas de su población, mayoritariamente chií. Negoció un plan de transición en Yemen para asegurarse de que nada cambiaba, y el presidente Alí Abdulá Saleh fue remplazado por su vicepresidente, Abdrabbuh Mansur Hadi. Continuó financiando a grupos yihadistas en Siria, incluyendo a Dáesh (al menos, durante un tiempo)12. Y actuó contra los Hermanos Musulmanes, apoyando abiertamente el golpe militar contra Morsi en julio de 2013 y añadiendo la organización a su lista de grupos terroristas en marzo de 2014, junto con el Frente al-Nusra y Dáesh. Ese mismo mes, el reino retiró a su embajador de Doha debido a su relación con la Hermandad; los Emiratos Árabes Unidos y Baréin lo imitaron. Los embajadores solo volverían ocho meses más tarde, después de que Catar tomase medidas (cosméticas) para distanciarse de la organización13. 12 Esto sucedía con pleno conocimiento de EE. UU., según ha demostrado la correspondencia electrónica filtrada de Hillary Clinton. Véase Patrick Cockburn. «We finally know what Hillary Clinton knew all along – US allies Saudi Arabia and Qatar are funding Isis». The Independent, 14 de octubre de 2016, en http://www.independent.co.uk/voices/hillary-clinton-wikileaks-email-isis-saudi-arabia-qatar-us-alliesfunding barack-obama-knew-all-a7362071.html. 13 BLACK, Ian. «Qatar-Gulf deal forces expulsion of Muslim Brotherhood leaders». The Guardian, 16 de septiembre de 2014, en https://www.theguardian.com/world/2014/sep/16/qatar-orders-expulsion-exiled bie3 ͎YƵĠƐĞĞƐĐŽŶĚĞƚƌĂƐůĂŐƵĞƌƌĂĨƌşĂĞŶƚƌĞƌĂďŝĂ^ĂƵĚşĞ/ƌĄŶ͍ ŶĂĞůĠŶ^ŽĂŐĞ ŽĐƵŵĞŶƚŽĚĞKƉŝŶŝſŶ ϳϭͬϮϬϭϳ ϴ


BOLETIN IEEE 6
To see the actual publication please follow the link above