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BOLETIN IEEE 6

968 electricidad y de calor en el mundo depende en gran medida del carbón, el combustible fósil más intensivo en carbono. La energía es un eje transversal dentro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El ODS 7 ya busca el «asegurar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos». Además, como se ha comentado anteriormente, existe una relación estrecha del sector energético con el ODS 13 en la «acción contra el clima». Pero no solo eso, ya que está íntimamente ligado a los restantes, como el ODS 9 de «construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación», y el ODS 17 sobre las «alianzas para lograr los objetivos» que involucra el sector privado, público y la sociedad civil, y entre ellos al sector financiero para canalizar estas inversiones. Los proyectos climáticos apoyan el desarrollo sostenible. Un proyecto de cocinas limpias, no solo reduce las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), además reduce la deforestación por la quema de leña. También mejora la salud respiratoria de la población local mediante la reducción de contaminantes peligrosos en interiores, crea empleos locales en la fabricación y distribución, y libera tiempo, que de otro modo se habría gastado en recoger leña, para que los niños asistieran a la escuela, o para que las mujeres trabajen o cuiden a sus hijos. La Agenda 2030 y el Acuerdo de París dependen el uno del otro, y la energía constituye un enlace transversal en esta relación. Los retos en la búsqueda de la sostenibilidad Este plan de acción mundial en busca de la sostenibilidad supone grandes retos. Involucra la articulación de distintas políticas, y la coordinación de distintos sectores y ámbitos (p. ej. financiero, monetario, fiscal, político, económico, negocios, tecnológico, social, etc.), con ciclos y funcionamientos diferentes. La integración de estas políticas sostenibles impone un cambio de mentalidad y operativa. Nos trasladamos desde políticas sectoriales verticalizadas y aisladas, a la incorporación de estrategias y acciones que desarrollan relaciones de cooperación transversales entre distintos sectores y ámbitos, contra una mentalidad de suma cero. Se fuerza un cambio de paradigma institucional desde la actual fragmentación a una coordinación horizontal de los asuntos de sostenibilidad. Todo ello requiere adaptaciones globales, regionales y locales de gran calado. bie3 ůŶĞdžŽĞŶƚƌĞĨŝŶĂŶnjĂƐ͕ƐŽƐƚĞŶŝďŝůŝĚĂĚLJĞŶĞƌպà DŝŐƵĞůŚĂŵŽĐŚşŶ'ſŵĞnj ŽĐƵŵĞŶƚŽDĂƌĐŽ ϬϳͬϮϬϭϳ ϰ


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