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223 Revista semestral del IEEE Reseña Deng, por el contrario, fue consciente del atraso en que se encontraba su país, fenómeno que iba en detrimento de la población: «La pobreza no es socialismo. El desarrollo económico es la primera prioridad» (p. 127). Al respecto, Felipe de la Mo-rena, nombrado embajador de España en China justo cuando Deng Xiaoping accedió al poder, explica este fenómeno tal y como lo percibió cuando llegó a Pekín en 1978: «China está cambiando decididamente y su cambio supone, ante todo, el abando-no de dos caminos que hoy ya considera erróneos: el que la llevó al seguimiento de las doctrinas económicas marxistas de la URSS, tras el triunfo de la Revolución, y el que sufrió debido al dogmatismo ideológico maoísta, que culminaría en el desastre de la Revolución Cultural. Los líderes actuales estiman que ambos caminos la han con-ducido al actual atraso económico, al pago de un alto precio en cohesión social y al estancamiento en todos los órdenes»4. En relación con este argumento, para Xulio Ríos, si Mao aportó su doctrinario izquierdista, «Deng Xiaoping lo revolucionó asegurando que el mercado no era in-compatible con el socialismo»5. Estos cambios notables, sin embargo, no deben interpretarse como una ruptura radical con los parámetros que guiaron la política de su país durante el periodo 1949- 1976. Por el contrario, algunas de las constantes que caracterizaron al maoísmo se vieron acentuadas con Den Xiaoping, como, por ejemplo, el temor a que la URSS convirtiera a China en un país satélite al estilo de los de Europa del Este. En este pun-to, Felipe de la Morena pudo constatar qué significado daba Pekín a las intenciones de Moscú, subrayando el diplomático español que Deng Xiaoping consideraba que la Unión Soviética «practicaba una política imperialista y agresiva, heredada de los anti-guos Zares, con sus divisiones y sus misiles dirigidos contra China y cuya cooperación había retirado en 1960 de la manera más cruel»6. A pesar de los progresos experimentados por China a partir de los años ochenta, durante el liderazgo de Deng Xiaoping también se observaron determinadas dialéc-ticas que aún hoy perduran. La principal de todas ellas quizás sea la que enfrenta a la libertad con la seguridad, como consecuencia de la cual podemos deducir que en el horizonte chino no se vislumbra una democracia al estilo occidental7. 4  DE LA MORENA, Felipe. Op. cit, p. 86. 5  RÍOS, Xulio. China pide paso. De Hu Jintao a Xi Jinping. Icaria: Barcelona, 2012, p. 15. 6  DE LA MORENA, Felipe. Op. cit, p. 211. 7  ESTEBAN, Mario. Perspectivas de cambio político en China 25 años después del movimiento de Tiananmén. Comentario Elcano 38/2014, 2 de junio de 2014, págs. 3-4, accesible siguiendo este enlace: http://www.realinstitutoelcano.org/wps/wcm/connect/ dc3ab1004438fbf888d7df80bc5a2e3e/comentario-esteban-Perspectivas-cambio-pol%C3%ADtico- China.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=dc3ab1004438fbf888d7df80bc5a2e3e. (Consultado: 31.07.2017). http://revista.ieee.es/index.php/ieee


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