En concreto en Afganistán, “se ha necesitado una media de 30.000 litros de gasóleo diarios como consumo medio y se han requerido 52 generadores eléctricos para permitir el perfecto funcionamiento de los 730 contenedores de 20 pies que se han instalado, cuyos consumos se reparten un 20% en la iluminación y un 80% en calefacción y aire acondicionado. Y todo ello sin olvidar la inmensa huella de carbono emitida”13. Todos estos datos dan como resultado 11 millones de litros de combustible al año únicamente para el funcionamiento de los contenedores. Cada uno de estos contenedores tiene un consumo anual de 15.038 litros, cuya principal fuente de gasto es la calefacción, con aproximadamente 12.000 litros anuales únicamente en este propósito. Estos datos suponen un gasto aproximado de 7.150.000€ al año únicamente en el funcionamiento de los contenedores de vida. Los máximos consumos en las bases militares desplegadas en el extranjero por las Fuerzas Armadas son debidos a la climatización y el agua caliente sanitaria (ACS). Los actuales módulos de vida (construidos con contenedores de 20 pies) son calefactados y refrigerados mediante bombas de calor alimentadas con grupos electrógenos concentrados en diferentes “islas”, sin existir además en los mismos una instalación de ventilación mecánica. En los módulos de ablución, dedicados 12 Armas y Cuerpos Nº 136 principalmente a aseos, se abastece de ACS principalmente a través de calentadores eléctricos o más recientemente con calderas de gasoil. En un estudio realizado con anterioridad por profesores del CUD, se obtuvo que construyendo los módulos de una base mediante contenedores de 20 pies adaptados a los requerimientos del estándar Passivhaus, se podía llegar a ahorrar hasta un 84% del consumo energético anual. Si enfrentamos este ahorro con el gasto anual de combustible en el caso de Afganistán, y con el precio aproximado que costaría construir los nuevos módulos o adaptar los existentes, las medidas propuestas podrían llegar a amortizarse en año y medio de funcionamiento de una base militar. El estándar constructivo Passivhaus, no solo destaca por sus bajas demandas de energía, sino también por el gran confort térmico que se alcanza durante su uso y por la alta calidad del ambiente que se respira. En la actualidad existen varios proyectos en marcha cuyo fi n es el ahorro energético en los campos base de zona de operaciones. Los proyectos desarrollados hasta ahora por miembros de la OTAN14,15, no están tan enfocados en las mejoras constructivas de los contenedores para que consuman menos energía, sino en la mejora de sus fuentes productoras de energía.
ARMAS Y CUERPOS 136
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