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ARMAS Y CUERPOS 136

Reglamentos y normativas utilizados en la construcción de la Academia General Militar Luis Alfonso Arcarazo García Coronel Médico de la AGM De la Academia General Militar se ha escrito abundantemente y desde diferentes puntos de vista, por el contrario, casi no se ha tratado el reto que supuso aquella tremenda obra para los ingenieros militares que la diseñaron, pero que gracias a su profesionalidad han pasado a la historia por edifi car un centro de enseñanza militar de referencia, que adecuaron a la normativa del momento tanto en lo referente a la construcción de los nuevos edifi cios militares como a las pautas higienistas aplicadas a los edifi cios públicos. En la faceta arquitectónica se aspiraba a construir unas instalaciones que estuvieran a la altura de otros edifi cios públicos de Zaragoza, pero con el hándicap de tener que trabajar en una zona alejada del casco urbano, lo que complicaba aspectos cruciales, como el suministro de agua potable, la gestión de aguas negras o el desplazamiento. Además el terreno donde se iba a construir era una pendiente que ascendía desde la carretera de Francia hacia el campo de San Gregorio, en un suelo con mucho yeso, que lo hacía proclive a las dolinas, restándole consistencia a la cimentación, lo que ha generado infi nidad de problemas. El movimiento higienista Para comprender alguna de las características que tiene el Edifi cio Histórico de la Academia General Militar (AGM), hay que explicar que una de las pautas que se tuvo en cuenta fue el higienismo. El movimiento higienista comenzó a desarrollarse en Francia en la primera mitad del siglo XIX, de donde pasó a Inglaterra, que lo mejoró gracias al trabajo de médicos y políticos decididos a luchar contra la insalubridad de las viviendas en las grandes ciudades y a la propagación de enfermedades como la tuberculosis. Inicialmente se trataba de un movimiento arquitectual y urbanístico, que impulsó a los gobernantes a pensar en la salud de la ciudad y de sus habitantes, comenzando por la instalación de agua corriente y la construcción de cloacas, en 20 Armas y Cuerpos Nº 136 un intento por controlar las epidemias. También se inició la instalación de iluminación en las calles y se reorientó el valor de los alimentos, la bebida o el aire respirado en el trabajo, y a tenerse en consideración el descanso o la limpieza del cuerpo. Los valores del higienismo estaban simbolizados por el agua, el aire y la luz. El higienismo pretendía luchar contra el pauperismo, que era el estado en el que se encontraba buena parte del proletariado, ya que no cubría sus necesidades básicas, tenía un exceso de trabajo y utilizaba viviendas con muy malas condiciones higiénicas. El problema se había agravado a mediados del siglo XIX como consecuencia de la emigración desde los pueblos a ciudades industriales en busca de trabajo,


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