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ARMAS Y CUERPOS 136

Castillo de los Tres Reyes de El Morro custodiando la entrada a la bahía de La Habana. (Archivo de Martínez de Baños. Foto tomada desde la terraza de la Embajada de España en Cuba) 92 Armas y Cuerpos Nº 136 La ciudad de La Habana tiene hoy día la inmensa suerte de conservar 17 de las noventa fortifi caciones que se levantaron, gracias a la magnífi ca labor que realiza la Ofi cina del Historiador de la Ciudad. “Este conjunto de alto valor histórico y cultural”, según nos dice el Instituto de Cultura de Cuba, “formó parte de un programa constructivo realizado en el Caribe hispano durante el periodo de colonización española en América”. La tradición del cañonazo se conserva hoy gracias al gobierno cubano y a su ejército, que, desde 1898, añora la ceremonia con un grupo de artilleros vestidos con uniformes españoles del siglo XVIII: casacas, sombreros de tres picos, bayonetas, fusiles y pelucas blancas. Solamente se dejó de disparar la boca de fuego un único periodo: durante la II Guerra Mundial, desde el 24 de junio de 1942 al 1 de diciembre de 1945. Y solamente un día, el 18 de setiembre de 1902, se retrasó media hora la descarga. Salvo estas dos excepciones, invariablemente, absolutamente todos los días, a las nueve de la noche se enciende el botafuego y se nombra al rey de España Carlos III, a la par que se llama al silencio de los ciudadanos por orden del gobernador. Esta ceremonia, convertida hoy en atractivo turístico, fue declarada en el año 2014 Patrimonio Cultural de Cuba. El hecho se remonta más allá del siglo XVIII. La ordenanza militar española estableció el sonido del cañón a modo de aviso, para que todo el mundo supiera que la ciudad se cerraba con el objeto de protegerse de la amenaza corsaria y de la piratería. Lo mismo se hacía al alba. A las cuatro y media de la madrugada sonaba de nuevo el estruendo para indicar que la Villa de San Cristóbal de La Habana se abría. Al principio, los disparos se hacían desde el buque de guerra, anclado en el puerto, que servía de Capitanía en el Apostadero. Pero hoy se realiza desde las murallas de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, justo al Este del Fuerte de los Tres Reyes Magos (El Castillo del Morro). La alusión a los Tres Reyes Magos es porque en la capilla del castillo eran veneradas estas fi guras bíblicas. En 1989, el castillo de El Morro fue visitado por el Rey de España Don Juan Carlos I, en conmemoración del cuatrocientos aniversario del comienzo de las obras de la Fortaleza, ocurridas en el año 1589.


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