BIBLIOGRAFÍA mente para dejar pasar a los camilleros y heridos que van a desbancarles del pasaje a la salvación. Afrontan un destino (los ataques de la aviación y artillería) contra el que casi nada cabe hacer. Con resignación y miedo, pero con general determinación. Se han señalado dos defectos: que resulta fría y parece un documental. Ciertamente no nos metemos en la piel de ninguno de los personajes en concreto, pero no nos dan igual sus vivencias; el pulso narrativo es siempre vivo, la tensión permanente y la emoción creciente. No es la primera película sobre este tema, pero llega en cuando el Reino Unido no parece estar en sus mejores horas; algo que subraya uno de los protagonistas cuando al final viene a decir algo como: he de quedarme, aún faltan los franceses. Sin ningún complejo, Nolan integra dos detalles muy significativos, que llegan en el momento justo y encajan en el conjunto de forma natural, resultando inolvidables: •• El sublime discurso de Churchill «nunca nos rendiremos », imperecedera arenga a la nación. Winston había abierto su mandato con el famoso: «nada tengo que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor … Tenemos ante nosotros muchos, muchos largos meses de lucha y sufrimiento». Tampoco en esta ocasión minimizó las dificultades: «e incluso si, 124 lo que yo no creo ni por un momento, esta isla o una gran parte de ella fuese subyugada…» •• La IX variación Nimrod de Sir Edgar Elgar, el músico del imperio. Conocida y amada por todo ciudadano británico, esta magnífica pieza resulta aquí ideal para un final perfecto. Del primer gran llamamiento de Churchill «no puede exagerarse el impacto que tuvo en el pueblo británico y, de hecho, en la audiencia del resto del mundo. Defendió su determinación y los oyentes reaccionaron». En estos días de Dunkerque, el director del Servicio de Inteligencia Militar había afirmado: «Estamos acabados. Hemos perdido el Ejército y nunca tendremos la capacidad de reconstruir otro». La certeza de que iba a producirse una derrota «fue causa de contradicción entre el corazón y la mente de muchos británicos, hasta de los más leales y patriotas». Churchill pudo entonces imponerse a Halifax, partidario de la negociación con Hitler, no porque pudiese convencer al resto del gabinete de que era posible vencer, sino de que prolongar la resistencia no sería perjudicial. No ocultó al público la gravedad del momento ni la dificultad de la tarea. Es en este escenario y estado de ánimo en el que tienen lugar los hechos de la película. Una lección de historia, de patriotismo, de moral. Una obra de arte que conviene ver en pantalla grande. RMVN
MEMORIAL DE INFANTERIA 76
To see the actual publication please follow the link above