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MEMORIAL DE INFANTERIA 76

MISCELÁNEA En enero de 1810 el general marqués de Monteverde le encomendó la vanguardia de su división, cubriéndose de gloria en el ataque a Mollet, así como en Santa Perpetua y en San Feliú. Fueron tantas y tales las acciones que sostuvo en este año, que obligaron al general Suchet a publicar un decreto imponiéndole a él y a sus tropas la pena de muerte en caso de ser apresados. En mayo de 1811 estaba al mando de todas las tropas ligeras de la división del barón de Eroles encargadas de hostigar al ejército francés que asediaba Tarragona, formadas por el Batallón de Suizos de Wimpffen, un batallón de Voluntarios de Tarragona, el Regimiento de Húsares de Granada y todas las compañías de reserva de Cataluña. En el mes de octubre se halló en el sitio del fuerte de Bellpuig, haciendo la mina que voló la mayor parte del mismo, que se rindió después del asalto. En enero de 1812, al mando del Batallón de Cazadores de Cataluña, cortó la retirada del enemigo, al que hizo setecientos prisioneros; en mayo tomó parte en el ataque al fuerte de Capuchinos y en julio, al frente tan solo de su batallón, resistió en el Coll de Santa Cristina durante más de tres horas a una división enemiga de seis mil hombres, resistiendo más tarde en Casa Mesana el ataque de ocho mil enemigos. Ascendido a comandante en el mes de marzo, en septiembre fue nombrado jefe de la 4ª Sección del 1er Ejército, alcanzando en agosto el empleo de coronel. En marzo de 1813 se hizo cargo del mando de la 2ª Brigada de la 1ª División del 1er Ejército, con la que siguió combatiendo sin descanso en Cataluña, consiguiendo en el mes de septiembre detener el avance de una división de diez mil hombres, con lo que salvó al ejército aliado y a la División Sarsfield, que acababan de ser batidos en la Cruz de Ordal. En 1814 estuvo presente en el sitio de Barcelona hasta su entrega, recibiendo en el mes de octubre el empleo de brigadier y al mes siguiente la Cruz de San Fernando. Al terminar la guerra continuó en Cataluña al mando del Batallón de Voluntarios de Hostalrich, confiándosele en 1820 el gobierno militar de esta plaza. En 1822 fue nombrado comandante general de la 2ª División de Cataluña, entrando en operaciones en la provincia de Tarragona, siendo en el mes de febrero ascendido a mariscal de campo. Una vez rendidos los ejércitos nacionales, fue la provincia de Tarragona la única libre de la ocupación de las tropas francesas, por lo que trató de entrar en negociación con ellas. No pudiendo conseguirlo, se vio obligado a acogerse 86 al ejército francés, haciéndose cargo posteriormente del Gobierno Militar y Político y de la Subdelegación de Rentas de la provincia de Tarragona. En 1824 se le encargó de la organización del Batallón Ligero de Hostalrich, permaneciendo pendiente de purificación durante los dos años siguientes. Fue nombrado en 1827 jefe de la 4ª Brigada de Voluntarios del Principado, tras haber sido desposeído del empleo de mariscal, entrando en operaciones contra las facciones liberales sublevadas en Tarragona. En 1828 se le reconoció el anterior empleo y fue nombrado gobernador político y militar de Málaga y, posteriormente, de Cádiz, donde consiguió dar fin a la construcción de su catedral, durante mucho tiempo abandonada. Dimitió del anterior cargo en 1833 y fue nombrado para el de gobernador de Gerona, haciéndose cargo posteriormente de la capitanía general de Castilla la Vieja y siendo poco después ascendido a teniente general. En 1834 atacó y batió a Zumalacárregui en Molina (Rioja) y al año siguiente fue nombrado capitán general de Cataluña, tras el asesinato de su antecesor, Pedro Nolasco Bassa, aunque regresó enseguida a su anterior destino, dedicándose a perseguir a las partidas carlistas del cura Merino y a las expediciones de Gómez y Basilio. En 1838 se hizo cargo de la Capitanía de Galicia, de donde pasó a finales de año de vocal de la Junta Auxiliar de Guerra, siendo en 1843 capitán general de Castilla la Vieja, en 1845 de Aragón, en 1846 de Valencia y en 1847, sucesivamente, de Castilla la Nueva, Valencia y Granada, dimitiendo de este último en octubre de 1847 y concediéndosele cuartel para Madrid, donde asistió durante los años siguientes a las sesiones del Senado y desempeñó diversos servicios. Murió en Madrid el 22 de marzo de 1863. Se le había concedido en 1844 el título de conde de Llobregat y había sido senador del Reino y gentilhombre de Cámara de S.M. el Rey. Poseía las Grandes Cruces de San Hermenegildo (1836), Isabel la Católica y Carlos III, así como la de Cristo de Portugal. Estuvo casado con doña Felipa de Juliol y de Quevedo. MARÍN, Vicente. Soldado del Batallón Ligero de Cataluña núm. 1 Peninsular. Cruz de 2ª clase, Laureada. Real orden de 9 de febrero de 1927 y real cédula de 30 de enero de 1828 (AGM, SF, legajo 1761; AGM, Libro índice de


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