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MEMORIAL INFANTERIA 77

ENSEÑANZA, INSTRUCCIÓN, ADIESTRAMIENTO Y EVALUACIÓN haya aprendido a cuidar de sí mismo. Esto nunca se podrá aprender en un aula, sino solo a través de una instrucción práctica. Por poner solo un ejemplo, el temor a la nieve, al frío y a estar expuesto puede tener efectos mayores sobre un soldado falto de instrucción y experiencia que el propio temor al fuego enemigo. Un soldado que tenga “pánico al invierno” se vuelve abandonado, apático e indiferente pudiendo provocar situaciones que además comprometen la seguridad del resto de la Unidad (pérdida de habilidad, desgana para obedecer órdenes, eludir deberes, abandono del puesto e incluso reacciones irracionales). Visto lo anterior, quedan definidas las peculiaridades del combate en montaña. Se puede decir que los preceptos generales de la Doctrina “Empleo de la Fuerza Terrestre” y de la Doctrina de Operaciones, son de aplicación a la guerra en montaña; ahora bien, su adaptación presenta algunos aspectos particulares en función del terreno y ambiente donde se vayan a desarrollar estas operaciones: •• Fraccionamiento de las unidades y, como consecuencia, descentralización del mando. Implica que las unidades deben ser autosuficientes. Se requiere una mayor iniciativa de los jefes de las pequeñas unidades y flexibilidad en la maniobra. •• Dificultad en el empleo de grandes efectivos. Se potencia, por tanto, el empleo de contingentes reducidos y muy especializados. •• Dificultad y lentitud de movimiento con carácter general. La rapidez en el movimiento supondrá obtener ventaja en la maniobra. Uso de helicópteros; inserción en rappel (foto RICZM 64) •• Discontinuidad en los despliegues por la gran cantidad de zonas pasivas, dando lugar a una mayor extensión de los frentes y a una mayor facilidad para la infiltración de unidades. •• La necesidad de obtener información a vanguardia y de proteger las vías de comunicación propias, produce una mayor profundidad en los despliegues. 42 •• Importancia de la red de comunicaciones por su escasez de vías y dificultades para la circulación. El dominio de las zonas clave puede proporcionar ventajas decisivas en las operaciones. •• Limitación para las Unidades no preparadas para el medio. La adaptación al medio y la preparación condicionan la capacidad de combate de las unidades. •• Dificultad para la ejecución del apoyo logístico a las operaciones. En conclusión, cierto es que en general la montaña ofrece más desventajas que facilidades pero también aporta ventajas que hay que saber aprovechar con oportunidad. Así surge el arte del soldado de montaña; conseguir hacer de la montaña, de un medio hostil, una amiga que está del lado de aquellos que la moran. Y ese arte, no es posible sino con la enseñanza e instrucción llevada a cabo en las Unidades de Montaña, bajo la responsabilidad de sus Cuadros de Mando, sus líderes. La pequeña entidad facilita el movimiento (foto RICZM 64) EL LIDERAZGO En las condiciones difíciles, los Cuadros de Mando de las Unidades de Montaña se enfrentan a grandes retos y a una pesada responsabilidad para mantener la eficacia y capacidad de combate de la Unidad. Se necesita un estilo de mando firme para evitar las bajas y mantener la disciplina, a la vez que flexible para adaptarse a las continuas variaciones de la situación y las condiciones que el medio presenta. Pero sobretodo, el Mando responsable debe ser capaz de tomar las decisiones correctas, pues un mínimo fallo puede acarrear consecuencias graves, incluso la pérdida de la vida. Las responsabilidades y características del Mando son entre otras: •• Dar las órdenes necesarias para el mantenimiento del cuidado personal y asegurarse de que se cumplen. •• Guiar y asegurarse del estado de sus hombres. Tiene que pensar en la unidad antes que en sí mismo.


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