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MEMORIAL INFANTERIA 77

ENSEÑANZA, INSTRUCCIÓN, ADIESTRAMIENTO Y EVALUACIÓN Por último, las municiones exigen un mayor cuidado en terreno de montaña y especialmente en terreno nevado y clima frío. Hay que evitar que se humedezcan y mantenerlas secas. Las municiones de armas de precisión se ven afectadas, tanto por la temperatura que condiciona la deflagración de la pólvora, como por los vientos que muchas veces son cruzados durante la trayectoria de los proyectiles. También se ve afectado el tiro de precisión por las diferencias de nivel existentes entre el asentamiento del arma y los posibles objetivos. Solamente las medidas preventivas adecuadas garantizan un funcionamiento preciso de armas y aparatos. La capacidad de reconocer a tiempo las causas de un deficiente funcionamiento debido a influencias del medio debe enseñarse a la tropa durante la instrucción de armas y equipos. ÓPTICA, RADIOS, VEHÍCULOS Y MATERIAL DE CAMPAÑA Las lentes de prismáticos y monoculares de visión nocturna se empañan fácilmente con la humedad exterior y también con nuestra respiración. Hay que usar trapos secos y fríos o incluso alcohol para limpiar las lentes. Las baterías o pilas de los medios de visión/observación se ven gravemente afectadas por el frío. Cuando no se usan hay que mantenerlas almacenadas y pegadas al cuerpo. En cuanto a las transmisiones, lo que más se ve afectado son las baterías y los micro-teléfonos, cuya membrana puede resultar congelada por lo que la emisión de voz puede verse afectada. En cuanto al enlace, tanto en terreno de montaña como en clima frío y terreno nevado el enlace en frecuencias de la banda de HF es el más eficaz pero requiere un instrucción técnica mayor, tanto en preparación de antenas, como en dominio del campo de las radio-frecuencias pues se necesitan frecuencias específicas en función de la situación atmosférica y la hora del día. Las afecciones en los vehículos son usuales en montaña, sobre todo en clima frío. Son muy corrientes el malfuncionamiento de las baterías, la congelación de circuitos y del propio gasóleo, la rotura de piezas metálicas, la congelación de las lunas etc. Solo un buen mantenimiento preventivo y el uso de aceites, grasas, líquidos y combustibles tratados reducirán el riesgo de que queden inoperativos. Por último, el material de campamento necesita también de un mantenimiento mayor en terreno montañoso y/o condiciones invernales. Debe ser cuidado exhaustivamente, pues la posibilidad de acceder a repuestos es mínima. 46 Por ejemplo, las tiendas de un campamento no deben quedar cubiertas por la nieve pues podrían colapsar por acumulación de ésta sobre las mismas. Las cocinas y hornillos requieren el uso de gas propano y/o gasolina como combustible pues no se congela. Los aljibes, si los hay, deben ser protegidos del viento cubriéndolos con lonas y mantas para evitar su congelación en tiempo frío. Mantenimiento de vehículos (foto RICZM 64) EL CONTINUO RETO Como se ha podido observar a lo largo de estas líneas repletas de obstáculos, algunos salvables y otros predecibles y evitables, la preparación para el combate en montaña de nuestras Unidades se caracteriza por unir a los riesgos inherentes de cualquier operación, aquellos propios de un medio y un clima hostil, siendo la preparación un permanente desafío para nuestros Soldados. En la casa del Dios Oreo, el Dios griego de la montaña, las tropas que la moran deben aprender a vivir, a moverse; y entonces, solo entonces, a combatir. Vivir, moverse y combatir. Tres palabras que resumen estas líneas y que encierran la clave de la preparación de las Unidades de Montaña de nuestro Ejército. BIBLIOGRAFÍA •• PD4-900: Combate en montaña y zonas de clima frío •• PD4-102: Batallón de cazadores de montaña •• PD4-902: Vida y movimiento en montaña y zonas de clima frío •• Publicaciones de la “Norwegian School of Winter Warefare” (Escuela de guerra invernal de Noruega)


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