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MEMORIAL CABALLERIA 85

Varios 106 MISCELÁNEA Un resumen de la conferencia pronunciada es el siguiente. «A mediados del siglo XIX, hubo dos Directores Generales de Caballería que se distinguieron por continuar el proceso de renovación del Arma. Fueron los generales José Gutiérrez de la Concha y Ricardo Shelly Comesford. Era la época de los moderados, los únicos capaces de terminar la labor iniciada por los ilustrados del siglo anterior. El teniente general Shelly había nacido en Alicante el 9 de abril de 1811; era hijo de Cornelio Shelly O´Ryan y de María Comesford y Stapleton. A los 12 años fue nombrado alférez en el Regimiento de Lanceros de Fernando VII, pero sin tener derecho a obtener antigüedad. Cuatro años más tarde sería destinado como cadete con arreglo a la Ordenanza (27 de abril); es decir, con la capacidad de acumular antigüedad. En diciembre de 1828 sería destinado al Regimiento de Lanceros de Borbón, 5º de Caballería; a esta unidad estaría vinculado durante su vida militar e incluso llegaría a ser su coronel jefe. Shelly intervino intensamente en la Primera Guerra Carlista, obteniendo rápidos ascensos, pues de teniente llegaría a brigadier por su valor y capacidad táctica. Alternó su participación en la guerra como ayudante de campo del general Lacy Evans, jefe de la División Auxiliar Inglesa, o integrado en su regimiento durante los sucesivos empleos que obtuvo. Después de la guerra participó en el simulacro de combate de Torrejón de Ardoz, el 22 de julio de 1843, a las órdenes del general Narváez, al que siempre se mostró vinculado y leal. De todas formas, llegó a maniobrar con sus unidades de caballería e incluso fue herido. Su acción provocó la aceleración de las deserciones de las fuerzas del general Seoane que pretendía hacer fracasar el pronunciamiento de Narváez, pero sería finalmente cogido prisionero. Como consecuencia, el general Espartero, regente de España, no tendría más remedio que exiliarse al Reino Unido. Shelly fue ascendido a mariscal de campo por esta acción y condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica, que se sumó a las dos cruces de San Fernando que ya le habían sido concedidas, una sencilla de 1ª clase y otra laureada de 2ª clase. El 4 de mayo de 1844 se le nombraría Capitán General de Andalucía; dos años después y en el mes de abril se casaría con Matilde Díaz Trechuelo, hija del marqués de Villavelviestre. Finalmente, el 3 de noviembre 1846, sería ascendido a teniente general. Nombrado Director General de Caballería el 22 de octubre de 1850, tomó posesión del cargo el 6 de diciembre de ese año, al día siguiente de haberse creado el Colegio Militar de Caballería. El nuevo centro de enseñanza se instalaría en el edificio de la famosa universidad de Alcalá de Henares, fundada por el cardenal Cisneros en 1499. El inmueble de la universidad, tras la Desamortización, había pasado a manos de distintos propietarios particulares. Pertenecía a una sociedad de “condueños”, formada por habitantes de la ciudad y el ayuntamiento, cuyo único objetivo era evitar su ruina. A pesar de ello, no estaban dispuestos a gastar dinero en su arreglo. El general Shelly expuso al Ministro de la Guerra esta circunstancia y la necesidad de trasladar el colegio a una ciudad “donde fuese más considerado y mejor recibido”. Situación que se resolvió con el traslado del colegio a Valladolid donde se instaló en un edificio que se construyó para un moderno presidio llamado el Octógono (sistema “panóptico” ideado por Jeremías Bentham y empleado por primera vez en la prisión de Gante). La citada prisión siempre contó con la oposición del ayuntamiento; su ubicación ya dentro de la ciudad, produjo toda una serie de tensiones con el Gobierno. Valladolid, empeñada en “quitarse de encima un vecino tan incómodo” y conocedor de la mala situación del Colegio Militar, no dudó en destacar todos los aspectos ventajosos de la ciudad y de ofrecer apoyos económicos y de servicios para que pudiera venir a instalarse en el Octógono. Shelly no dudó en proponer su traslado a Valladolid y aquí sigue con el nombre de Academia de Caballería en el mismo lugar, pero no el mismo edificio, destruido por un incendio en el año 1915, sino en otro construido en el mismo solar a partir de 1921. Memorial de Caballería, n.º 85 - Junio 2018


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