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BOLETIN TECNICO INGENIERIA 14

Boletín Técnico de Ingeniería que incorporan a bordo un operador humano, que controla o supervisa en mayor o menor medida su fun-cionamiento. La principal aplicación en la que la robótica terrestre tiene un adecuado grado de madurez es la detección de IEDs, en la desactivación de explosivos con robots teleoperados o en ambientes con conta-minación nuclear, radiológica, biológica o química (NBQR), en la que dotados de sensores miden las condi-ciones ambientales. En recientes declaraciones del Mando de Adiestramiento y Doctrina norteamericano apuntaba a que, entre los planes a largo plazo (2030-2040), están estudiando reducir en un 25 por ciento el número de soldados de las brigadas y sustituirlos por robots. Si hablamos de tecnologías de seguridad y control de acceso a sistemas e instalaciones críticas tenemos a los sistemas biométricos como el lector de huellas que ya se ha extendido a móviles de gama alta y se irá exten-diendo al resto, lo que disparará su uso y le hará un sistema de seguridad habitual. El auge de la seguridad biométrica hará que al usuario se le facilite acceder a servicios; la huella fue sólo el primer paso y con el desarrollo de este tipo de tecnología, el requerir información de biométrica adicional como el escáner de iris se implantará en soportes ahora menos habituales. Figura 6: Seguridad por lector de iris (Fuente: HI-Iberia) También esperamos una profunda revolución basada en los nuevos materiales 8, como por ejemplo el grafeno, un compuesto del carbono que gracias a que es un buen conductor, doscientas veces más resistente que el acero y mucho menor peso, nos permitirá medios de transporte más resistentes y ligeros, que reducirán enormemente su consumo y aumentará mucho su autonomía o que los cables de fibra óptica sean cientos de veces más rápidos que los actuales. Así, la creación de nuevos materiales nos proveerá de una alta variedad de recursos para muchas de las aplicaciones que marcarán el futuro de la humanidad como los viajes espaciales o la computación cuántica. Personalmente, si tuviera que apostar por una tecnología disruptiva que cambiará nuestra manera de operar, destacaría a las «smartdust» o minúsculas partículas microelectromecánicas conectadas de forma inalámbrica y autónomas energéticamente, invisibles al ojo humano y con suficiente capacidad de cómputo para revolucionar nuestra vida, sensibles a la luz, temperatura, localización, presión, vibraciones, magnetismos o determinadas composiciones químicas. Se trata de dispositivos milimétricos que pueden llevar acciones sin intervención humana que no sólo sensonizarán nuestro entorno, sino que podrán llevar a cabo acciones sin intervención humana en base a la información que capten. De hecho Stephen Hawking ya las ha propuesto enviar al espacio mediante un cañón láser que las impulse prácticamente hasta el infinito. La ley de Gordon Earle Moore expresa que aproximadamente cada año y medio o dos años se duplica el número de transistores en un microprocesador 6, y aunque no sea muy exacta la fecha, se espera que antes de llegar a la década del 2030, la humanidad verá reiniciarse por primera vez un ordenador tan rápido y con tantas conexiones que supere la inteligencia del cerebro humano o lo que en términos informáticos se conoce como singularidad, y no contentos con eso, para finales de la década de los 20s un solo computador sobrepasará el poder cerebral de todos los seres humanos juntos o la singularidad de la singularidad. Si tienen más inteligencia y de la memoria mejor no hablar, nuestra futura relación con ellos es ahora impredecible. 9


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