crónicas de a bordo BIP 19 Aprovisionamiento en la mar: el último respiro antes de entrar en acción En las proximidades de la isla de Cabrera acontece la maniobra de aprovisionamiento en la mar, la típica operación necesaria de hacer cuando una fuerza naval navega durante un tiempo elevado y requiere aprovisionarse de agua, combustible, repuestos y víveres. En la misma toman parte el español Tornado y el luso NRP Viana do Castelo. Todo comienza con la aproximación del Viana do Castelo al homólogo español. La aproximación resulta «muy precisa y bien calculada», recordando que tiene que posicionarse entre 35 y 45 metros a un costado del otro barco. Alcanzada la posición, lo que resta por hacer tampoco es sencillo, es decir mantenerla, para que el movimiento relativo quede a 0. Entonces, ambos barcos van paralelos y se pasan unas guías por las que laborea toda la maniobra. Las maniobras son diferentes si es para petróleo o aprovisionamiento en la mar. En el primer caso, lo que se pasa son mangueras, una de agua y otra de combustible. También puede ser combustible de aviación pero en este caso concreto no se hace necesario. A diferencia de esta maniobra, el transbordo de pesos pesados supone la instalación de unos puntales que son los que físicamente soportan el peso. Por eso requiere muchas más personas de las 20 utilizadas para la anterior, manteniendo la tensión. En este punto las tradiciones se cumplen a rajatabla cuando empiezan a desgranarse piezas musicales a través de la megafonía y los altavoces de órdenes generales. Orden de Zafarrancho de Combate La situación en Majoricaland «es inestable» porque los terroristas que desean desestabilizar este punto geográfico simulado han desarrollado una campaña de comunicación estratégica «muy efectiva» intentando que la población civil perciba que las fuerzas de la coalición internacional, «más que ayudarles, lo que hacen es entorpecer su vida diaria». Además, se han hallado minas que aumentan las evidencias acumulativas de acciones tendentes a desestabilizar el país y que han tenido como consecuencia directa el cierre al tráfico del puerto palmesano. Igualmente se constata la existencia de una aeronave del Estado que no responde a las instrucciones gubernamentales lo que lleva a elevar el grado de alistamiento de la fuerza, sobre todo en guerra antiaérea. Un ataque ordenado por el buque «baby sitter» y que finalmente no se consumó. La preocupación del mando aliado es controlar las armas porque la coalición no puede caer en la provocación y sobre todo, «no puede permitirse una sobreactuación aliada puesto que traería consecuencias enormes desde el punto de vista de comunicación estratégica, quedándose en entredicho la credibilidad de la Alianza, al tiempo que la legitimidad para intervenir también podría quedar comprometida». Comprobadas las redes de comunicaciones, se ordena zafarrancho de combate ante la existencia contrastada de un contacto aéreo no identificado que se aproxima al contingente y que ha sido informado a todas las unidades navales. El Tornado decreta la alarma aérea roja y el consiguiente zafarrancho, destinado a establecer y mantener el control del mar que involucra al medio marino y el espacio aéreo que hay encima de él. La respuesta aliada al enemigo consistió en «darle avisos» en la frecuencia de emergencia aeronáutica para que el avión invirtiera el rumbo. Respondió a alguno de ellos, no bajó de 800 pies por lo que no se puede considerar un perfil de ataque. Se mantuvo la autorización del empleo de la fuerza porque el mando no desea que haya una escalada innecesaria, sobre todo teniendo en cuenta que se procura limpiar de minas los accesos a Palma de Majoricaland. En resumen, las medidas fueron preventivas, demostrando un buen grado de alistamiento y determinación, que también intentaban poner en entredicho las fuerzas oponentes. Esta demostración de adiestramiento y capacidades de los aliados europeos se resume en una sola palabra: objetivo cumplido. Conocimiento del entorno marítimo: la clave del éxito La presencia del reportero en «SPANISH MINEX 18» concluye con una operación dirigida a impedir que los pesqueros que lleven a bordo a grupos insurgentes terroristas destinados a atentar contra los intereses de Majoricaland se aproximen a la fuerza. Ello conduce al mando a establecer un dispositivo de detección y protección para evitar actividades ilegales dentro de sus aguas territoriales. Para cumplir esta acción, el Tornado efectúa una maniobra muy clásica conocida como «aproximación amigable» mediante el lanzamiento de una Rhib (embarcación neumática) con personal provisto de todas las precauciones necesarias para hacer frente a una potencial agresión. En esta aproximación, los aliados tratan de obtener información «in situ» de las personas que están a bordo en ese momento, de su comportamiento y actitud así como de su perfil. Si la situación se evalúa como cómoda y segura, embarcaría parte de esa dotación de la Rhib. La Coalición tiene la intención de entrar la primera en el puerto de Palma. Con tal motivo, los aliados van a intentar abrir el puerto cuanto antes para que los primeros cargueros entren con suministros estratégicos tales como medicinas, combustible y bienes de equipo de primera necesidad, escoltados por Cazaminas en operaciones de guiado a través del campo minado. En esta operación de aproximación al pesquero participan unas siete personas y el Tornado es el único buque que dispone de esa capacidad en la Fuerza para cumplir el cometido designado. La operación no tiene un tiempo determinado establecido pues todo depende del comportamiento y de la actitud que demuestre la dotación del barco… Hasta aquí la narrativa resumida del «SPANISH MINEX 18» organizado por la Armada española, que una vez más ha puesto de relieve su grado de capacidad y adiestramiento, agradeciendo las atenciones recibidas para el cumplimiento de esta labor informativa por parte del capitán de navío Rafael Arcos Palacios, así como a la dotación del BAM Tornado con su Comandante Pedro Ramos Carbonell.
BIP 158
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