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BOLETIN INFORMATIVO SANIDAD MILITAR 35

2018 ENTREVISTA DEL TRIMESTRE 31 D. MANUEL CESÁREO LÓPEZ PERALES GENERAL MÉDICO Director del Hospital Central de la Defensa Hoy entrevistamos a D. Manuel Cesáreo López Perales, general de brigada médico director del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla de Madrid, especialista en Cirugía Torácica y doctor en Medicina y Cirugía. -Es usted natural de Tomelloso, ¿cómo ha llegado des-de la mancha a la dirección del Gómez Ulla? Es una pregunta muy amplia a la que trataré de contes-tar a lo largo de la entrevista. Nací en Tomelloso y con 7 años nos fuimos toda la fa-milia a vivir a La Solana, con ocasión de un traslado de mi padre, que era oficial de justicia. -¿Siempre quiso ser médico? ¿Cuándo se decidió? Yo siempre había querido ser médico (nunca pensé en hacer otra cosa), y una de las personas que influyó mucho en esta inclinación fue la figura de D. Manuel Díaz Sirgo, nuestro médico de cabecera en La Solana. Lo recuerdo con un aspecto imponente, con el bigote siempre impecable y unos modales exquisitos hasta que indicaba unas inyeccio-nes que se encargaba de poner Pedro, el practicante, y ya me gustaba menos. -¿Cuándo decidió hacerse militar? En 3º de carrera y por casualidad. Siendo alumno de la Complutense, se suscribió un convenio por medio del cual alumnos de la facultad podían formarse en el Gómez Ulla, me apunté a esta fórmula y descubrí un universo nuevo. Siempre quería haber sido médico de pueblo, pero al terminar la carrera tan pronto (a los 22 años) y aprobar en la primera convocatoria, sin darme cuenta, cumplí los 25 años siendo teniente médico jefe de sanidad de la Acade-mia General Básica de suboficiales del Talarn. -Y la cirugía torácica, ¿cuándo surgió esa vocación? Durante la carrera, ya me gustaba la cirugía y en aquel momento había un grupo de cirujanos (D. Agustín Esteban, D. Eugenio Ortiz-Villajos, el capitán Relanzón), que ha-cían trasplantes de pulmón en animales y me admitieron en el grupo de trabajo, de modo que desde 4º de carre-ra ya estaba en este apasio-nante mundo de la cirugía. -¿Cuál ha sido su trayec-toria profesional? Después del período de destino en el Regimiento de Infantería Flandes 30, en Vito-ria, aprobé unas oposiciones para acceder a la especialidad de Cirugía Torácica (primer cambio de botas por bata). Tras 5 años de estudio, de trabajo intenso, de pasar un año en el «12 de Octubre», obtuve mi ansiado título de es-pecialista en Cirugía Torácica. Fui destinado al hospital Gómez Ulla, donde he sido de todo: residente, jefe de residentes, vocal de sesiones clíni-cas, adjunto, jefe de sección, etc. Cuando estaba trabajando a plena satisfacción, con unos años de experiencia y con buenos resultados con los pacientes, me llamaron de la di-rección para que me hiciera cargo de la jefatura del Servicio de Urgencias. Por disciplina acepté la orden y me bajé a regañadien-tes, encontrándome un servicio en el que había mucho por hacer: cambios estructurales, estatutarización de los médicos laborales, crisis de vocaciones militares, informa-tización del hospital, total que me tocó todo, (no había día bueno). Este tremendo esfuerzo no hubiera sido posible sin la generosa e infinita colaboración de los médicos, enferme-ras, auxiliares, técnicos de Rx., celadores, etc. (un total de 120 personas). Construimos un servicio estructurado y de calidad, donde atendíamos a 75.000 pacientes al año. Así durante 8 años, hasta que vinieron a buscarme, ya con el empleo de coronel, para mandar el Hospital de Campaña. Acepté y me fui a mandar una unidad de la Brigada de Sanidad compuesta por 150 soldados y 40 cuadros de mando (cambio de bata por botas). -¿Cómo va llevando su familia tanto esfuerzo? Mi esposa Paloma y mis hijos entendieron y estimularon mi vocación y dedicación y sin su ayuda, este momento no hubiera llegado, sin ellos los proyectos no habrían dejado de ser un sueño. Espero poder devolverles pronto el tiempo que les he robado. -¿Cómo ha vivido la transformación del Ejército? El Ejército desde el primer contacto que tuve con el me-dio militar en el año 1981, ha cambiado radicalmente, no ha


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