AJEMA dirigiendo unas palabras a los asistentes. BIP 59 la importancia de los proyectos que se están llevando a cabo en las instalaciones de Ferrol, como las AOR o el trabajo de diseño del buque anfibio para Turquía. Suárez informó también que las pruebas de mar del Furor comenzarían en diez días y su entrega a la Armada antes de que terminase el año. La presidenta de Navantia, Susana de Sarriá, se dirigió a los presentes para poner en valor los proyectos que afrontan actualmente las factorías, y en un futuro, refiriéndose en concreto a la fabricación de las fragatas F-110 que, según dijo, abrirían las puertas a la total modernización y digitalización de las instalaciones, con el paradigmático Astillero 4.0. como objetivo. Sarriá aseguró que, desde este momento, el Furor deja de ser un conjunto de piezas para convertirse en parte del legado de Navantia y en un símbolo de la estrecha relación del grupo público y la Armada. Terminó su intervención asegurando que «Navantia va a seguir ejerciendo un efecto tractor sobre el crecimiento y la creación de empleo». El siguiente en tomar la palabra fue el almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Teodoro López, quien recordó el pasado del nombre del buque. Según el almirante, en la historia de España han habido tres naves con el nombre de Furor, siendo el primero un destructor de 1896 que luchó en la batalla naval de Santiago de Cuba. AJEMA señaló así mismo la importancia del acto de amadrinamiento, recordando que esta tradición databa de la Grecia clásica, donde se creía que dotaba a las naves de un aura protectora contra todo mal. El almirante Teodoro López Calderón ha celebrado la incorporación del barco, a la que definió como «la unidad más moderna al servicio de la Armada» e invitaba a la madrina a considerarla como «su casa» a partir de este momento. Pasó luego a ensalzar la labor de Navantia y las empresas auxiliares que asumirán «muy pronto» la construcción de las fragatas F-110. Por su parte, Ana Pastor, como madrina del buque deseaba «mucha suerte en todas sus singladuras» al comandante y a toda la dotación del BAM Furor. Pastor agradecía también la materialización del Furor «a los profesionales de Navantia, que han contribuido tanto a su diseño como a su construcción », y resaltó el hecho de que el buque sea un «modelo de construcción totalmente español, dotado de tecnología puntera» y basado en un «producto de lo mejor de nuestro naval». Y terminaba su intervención diciendo que ahora, desde su base de Cartagena (Murcia), se sumará «al valioso legado de la Armada española, tanto en su presente pero especialmente a su futuro». Este buque es el sexto de este tipo que se construye, y el segundo de la segunda serie que la Armada española contrató con Navantia, según la Orden de Ejecución firmada el 5 de diciembre de 2014. Fue en 2006 cuando se encargó a Navantia la primera serie, que se concluyó en el 2012 tras la construcción y entrega a la Armada española de cuatro BAM, con los nombres de Meteoro, Rayo, Relámpago y Tornado. Estos buques han participado con éxito en cuantiosas operaciones nacionales e internacionales. Foto de familia de la madrina del BAM Furor con la dotación del mismo. Sus principales misiones son: Protección y escolta de otros buques; Control del tráfico marítimo; Control y neutralización de acciones terroristas y de piratería; Operaciones contra el narcotráfico y el tráfico de personas; Operaciones de rescate y salvamento marítimo; Apoyo a situaciones de crisis y ayuda humanitaria; Control de la legislación de pesca; Control de la legislación medioambiental y antipolución. La construcción de este buque ha aportado para Navantia Ría de Ferrol 1,1 millones de horas de trabajo, tanto para la plantilla propia como para la industria auxiliar. Igualmente, y con idéntica carga de trabajo, los astilleros de Navantia en la Bahía de Cádiz han construido y entregado en el mes de julio el quinto BAM, P-45 Audaz, que ya se encuentra en servicio en su puerto base en Cartagena. La puesta de quilla del BAM Furor tuvo lugar el 29 de abril de 2016, siendo el tercer buque de la Armada española en recibir este nombre. El primero, en servicio en 1896, fue un destructor, hundido en la batalla de Santiago de Cuba; el segundo, categorizado como torpedero, cazasubmarinos, fragata rápida y destructor antisubmarino fue construido también en Ferrol y estuvo en servicio desde 1960 a 1973.
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