entrevista a… BIP 47 Vuelo de adiestramiento a baja cota de 4 aviones. «En suma, se trata de un destino apasionante, enormemente dinámico, muy exigente, pero también muy gratificante». puede ya decirse que sea un avión caro, sino todo lo contrario. P.– ¿Cree que la vocación de piloto naval, más concretamente piloto de Harrier, puede iniciarse ya en la Escuela Naval? R.– Yo creo que sí. Aunque no sea mi caso. Conozco a algunos alumnos de la ENM que, al realizar sus prácticas de embarque a bordo del Juan Carlos I, y observar la operatividad de la Flotilla de Aeronaves, se sienten atraídos por la especialidad de piloto frente a otras especialidades. P.– ¿Cómo puede repercutir la profesión de piloto naval en su entorno social y familiar? R.– Tiene sus ventajas e inconvenientes. La ventaja es poder estar en la misma zona marítima durante muchos años, lo que proporciona estabilidad familiar. En cuanto a inconvenientes, es un trabajo que exige mucho esfuerzo y tiempo –que se le quita a la familia–y también se pasan muchos días fuera de casa, entre embarques y destacamentos en tierra. P.– ¿Si tuviera que hacer una labor de captación entre los nuevos oficiales que actualmente están formándose en la Escuela Naval, qué mensaje les transmitiría? R.– Pues les diría que es un trabajo absolutamente apasionante y siempre lo explico de la misma manera: «Cuando suena el despertador por las mañanas, sé que voy a realizar una actividad fuera de lo común, que proporciona una gran satisfacción, y que además de trabajar, me divierto. Sé que hay gente que pagaría por poder volar en un avión de combate como el Harrier. Por ello, no me cuesta en absoluto ir a trabajar, todo lo contrario, aunque también hay ocasiones en las que te llevas un susto y no resultan tan divertidas..., pero de las que también se aprende». Creo que mi trabajo es un privilegio. El ambiente entre compañeros, subordinados y superiores es muy cercano, supongo que por el riesgo intrínseco de nuestra profesión, que obliga a que tengamos un ambiente de trabajo muy bueno y de total confianza. Y eso siempre suma. Por otro lado, significa un orgullo aportar otro grano de arena más a la Defensa Nacional a los mandos de un avión de combate. CARmEN JÁuREguI PERIoDIStA
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