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editorial TECNOLOGÍA DISRUPTIVAS EN DEFENSA El contexto de cambio y ritmo acelerado de avance de las tecnologías que ha venido produciéndose en la última dé-cada ha hecho que exista un creciente interés, tanto en el ámbito civil como en el defensa, por las denominadas tecnologías o innovaciones disruptivas, es decir, aquellas cuya aparición supone un cambio radical en la forma de hacer las cosas y los hábitos de vida de las personas y cuya ocurrencia y efectos son difíciles de prever. En el ám-bito militar, su introducción supone un cambio profundo en la manera en que los ejércitos llevan a cabo sus misiones, logrando prestaciones difícilmente alcanzables mediante innovaciones incrementales. Ejemplos de plena vigencia son el uso de aeronaves tri-puladas remotamente (RPAS), la fabricación aditiva, o la inteligencia artificial, que en unos años prometen aportar capacidades muy importantes en aplicaciones como la explotación automática de datos de sensores, el man-tenimiento de plataformas o los sistemas de apoyo a la decisión, entre otras. Si bien hay que tener en cuenta que la incorporación de estas innovaciones puede llevar asociadas importantes in-certidumbres y vulnerabilidades, relativas tanto a aspectos puramente técnicos (p.ej. falta de claridad sobre la lógica detrás de las decisiones de los sistemas basados en IA), a otros de tipo ético y legal (p.ej. avances en biotecno-logía, armado de sistemas autónomos) o su aprovecha-miento por organizaciones terroristas que pueden acceder a medios de bajo coste para causar terror y destrucción, las ventajas que pueden llegar a aportar en términos de libertad de acción para las FAS hace que vayan a adquirir un papel destacado en la nueva versión de la Estrategia de Tecnología e Innovación para la Defensa (ETID). Una pregunta que subyace es si la manera en que se ha venido abordando el avance tecnológico desde la I+D+i de defensa es la adecuada para favorecer la adopción de es-tos avances disruptivos en los próximos años o décadas. En este sentido, algunos autores apuntan a que, frente a planteamientos más tradicionales (p.ej. correcciones y me-joras de sistemas en servicio, evoluciones incrementales de sistemas más tradicionales…), que en general implican riesgos más acotados y menores posibilidades de causar disrupción, interesa dedicar esfuerzos en I+D+i hacia so-luciones tecnológicas que todavía no existen, las cuales presentan una mayor capacidad para redefinir el mercado pero que a su vez implican un elevado riesgo de fracaso. Se trata de actuar de forma proactiva en dos direcciones: a) Uso innovador de tecnologías ya maduras. Implica po-ner en práctica una idea novedosa que combina diferen-tes tecnologías maduras, causando un enorme impacto en el sector en el que se aplica. No implica actuaciones en investigación radicalmente nuevas ni complejas, ni tampoco grandes inversiones, obteniéndose los resul-tados en el corto o medio plazo. Es el tipo de innova-ciones que más están impactando en distintos sectores del ámbito civil (transporte, comunicaciones…) y el que también utilizan los grupos terroristas, que aprovechan la tecnología disponible comercialmente para causar la máxima destrucción. b) Avances asociados al desarrollo de tecnologías emergen-tes. Se trata de avances fundamentados en ideas muy complejas que utilizan tecnologías todavía poco maduras, lo que implica mucha incertidumbre, pero que prometen aportar prestaciones radicalmente nuevas o revoluciona-rias (p.ej. tecnologías cuánticas, armas de energía dirigida, biología sintética, vehículos hipersónicos…). Exigen es-fuerzos intensivos en investigación, con inversiones que solamente pocos países o corporaciones son capaces de abordar. Los resultados llegan en el largo o muy largo plazo, lo que puede ayudar a adelantarse a ellas. No obs-tante, entender completamente las posibilidades de estas tecnologías todavía emergentes o los plazos en los que realmente se consolidarán es muy difícil. En relación a la primera vía, en los últimos años numerosos países y organizaciones internacionales vinculadas a defensa (p.ej.. NATO Innovation Challenge; EDA Innovation Prize…) han utilizado enfoques innovadores para tratar de promover concursos abiertos de prueba de soluciones tecnológicas frente a escenarios realistas o simulados de elevada comple-jidad (challenges), concursos de ideas, unidades específicas dedicadas a identificar la disrupción en los ecosistemas más innovadores o el desarrollo rápido de prototipos que puedan probarse en condiciones cercanas a las operativas. En relación a la segunda, su desarrollo hace necesario involucrar al conjunto de grupos de investigación a nivel nacional, así como promover proyectos de I+D que per-mita a estos grupos disponer de suficiente nivel de capa-citación tecnológica como para participar en proyectos de cooperación internacional dirigidos a defensa, en los que se aborden esas novedosas soluciones de elevada com-plejidad y coste. La puesta en marcha de iniciativas en ambas direcciones a nivel nacional, complementando los enfoques más tra-dicionales de abordar la I+D+i, pueden ser elementos que ayuden a adelantarse a las disrupciones que ya se están produciendo o que están por venir. Adicionalmente, en el ámbito internacional, en los próximos años se prevé que el Fondo Europeo de Defensa (EDF) dedique una parte rele-vante de su financiación a promover el desarrollo de este tipo de tecnologías, lo cual abrirá oportunidades muy inte-resantes para el tejido tecnológico nacional. Boletín de Observación Tecnológica en Defensa n.º 63. Cuarto trimestre 2019 3


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